20 diciembre, 2018
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¡El acceso al papel de diario, es una política de Derechos Humanos!

 

No son noticias de ayer las que estás a punto de leer, y no te asustes si no encontrás por ningún lado lo que acaba de aprobar el Senado, porque otra vez los dueños de la información, se llevaron puestos los derechos que garantizan la subsistencia de muchos medios de comunicación. Por 45 votos a 16 (y 3 abstenciones), se derogaron artículos clave que, desde 2011 con la Ley 26.736 de “Papel de pasta de celulosa”, le ponían un marco regulatorio a la conducta voraz que el monopolio de Clarín y La Nación adquirió de manera alevosa, junto al diario La Razón, cuando en agosto de 1976, en los albores de la noche más oscura, Papel Prensa S.A. (PPSA) fue arrancada de la familia Graiver a fuerza de secuestro y tortura.

 

Fue entonces que, con el aval de la dictadura, la única empresa que produce papel de diario de la Argentina quedó en manos de Magnetto, Mitre y Ernestina, y durante 35 años actuaron amparados por el vacío legal que promovía la competencia desleal. Si hasta el Estado en 2011 confirmó con una investigación, que los dueños de la empresa se auto vendían el papel ¡incluso por debajo del costo de producción! “Antes se compraba a revendedores al doble o al triple del valor —nos explica Jorge Conalbi, presidente de la cooperativa Diarios y Periódicos Regionales Argentinos (DyPRA)—. La actividad fundacional de DyPRA, que nació hace 10 años, fue una importación de papel, porque PPSA no vendía. Nacimos al calor de la lucha por su acceso”.

 

La ley aprobada en 2011 declaró su fabricación de interés público, al mismo tiempo que estableció el precio único y la obligatoriedad de PPSA de abastecer la demanda del mercado nacional. Y son esos los artículos (20, 21, 24, 25, 26, 27, 40 y 41) que se suprimieron como “parte de una estrategia de control de la libertad de expresión y del derecho a la información, que pone en amenaza las condiciones de existencia y la capacidad de crear más fuentes laborales”. Así lo entienden desde la cooperativa de comunicación popular Mu La Vaca, que sufrió este año a PPSA con cada aumento: ¡en menos de 12 meses, 112%!

 

¿Cómo hacemos para soportar tanto si mientras tenemos que comer? “Estamos contra las cuerdas y recibiendo tantas trompadas que resulta imposible responder. Apenas logramos defendernos y estamos tan groggy que podemos caernos en cualquier momento”, gritan desde Revista Barcelona, que le pone humor a un presente que no da respiro ni perdona: “Tenemos absoluta independencia para salir con lo que se nos canta; de seguir así, también tendremos independencia para dejar de salir”.

 

¿Les cabe alguna duda qué voluntades se esconden detrás de la nueva norma? Incluso algunos diputados fueron engañados a la hora de votar la reforma, cuando sobre la marcha eliminaron dos artículos sustanciales: el 3 y 4, que les otorgaba a las cooperativas y PyMEs el beneficio de descuentos especiales. “Me comuniqué con algunos diputados después y me dijeron que votaron sin saber que habían cambiado el dictamen», denunció el presidente de DyPRA, que le otorgó dimensión al impacto: “Lo que se pierde cuando cierra un medio regional, es la defensa de los intereses de un lugar y una mirada particular, que hace a la idiosincrasia y cultura de esa construcción social”. Por ejemplo, en Villa María, Córdoba, un diario recuperado en 2001 conformado hoy de 56 laburantes y que desde hace 34 años produce el diario más vendido de la región, paga los altos costos de una ley modificada a medida de Clarín y La Nación: “Antes imprimíamos otros 15 diarios que no salen más. Y ahora vienen por nosotros. Nos va a afectar porque se hace casi imposible seguir el ritmo de aumento: pagamos 330.000 pesos en enero de este año y ahora la misma carga de papel, que son 28 toneladas, vale 966.000 pesos de contado. Se viene un tiempo de lucha y de resistencia para mantener la fuente de información y la fuente de trabajo”.

 

La supresión de estos artículos clave lo sufriremos de raíz, “en pérdidas de puestos de trabajo en todo el país” y en “una retracción de la democracia en función de una pérdida de la libertad de expresión”, apuntan desde el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA), y en la misma línea lo plantea el diario cooperativo Tiempo Argentino, que enfrenta la misma realidad: “Papel Prensa es un ejemplo de cómo los medios corporativos, en alianza con gobiernos, han operado para impedir una democratización de la comunicación. Es el emblema de la concentración de medios en Argentina y un riesgo muy grande para la pluralidad”.

 

Desde el barrio, desde una construcción popular e igualitaria, no concebimos con naturalidad lo que el presidente decidió tratar en sesión extraordinaria, porque para cualquier gobierno que sistemáticamente nos oprime, endeuda y reprime, controlar la información es la única alternativa para fantasear con una posible reelección. Levantemos la voz, antes de que todo, absolutamente todo, se nos vaya de las manos: ¡El acceso al papel de diario para todos los medios es una política de Derechos Humanos!

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