27 diciembre, 2018
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«Es nefasto que cierren escuelas»

 

 

* Por Eduardo López,
Secretario General de UTE.


Como comunidad educativa salimos hoy a la calle a defender la educación porque es un derecho social, una prioridad para el futuro y porque nos han enseñado que se deben abrir escuelas, no cerrarlas. Entonces, repudiamos profundamente la resolución 4055 del Gobierno de la Ciudad que ordena la clausura de 14 colegios nocturnos, damnificando a los sectores más vulnerados.


Lo advertimos: si no la derogaban íbamos a parar. Y paramos. Y lo volvemos a advertir: de seguir así, tampoco iniciaremos el ciclo lectivo 2019. La ministra Soledad Acuña, junto con Macri, Esteban Bullrich y Larreta hicieron su campaña para hacernos creer que el problema en Argentina eran los chicos y chicas que ni trabajaban ni estudiaban, los «ni-ni». Y ahora, les niegan la posibilidad de terminar la secundaria a los que sí laburan y sí quieren estudiar. Es nefasta esta decisión. El motivo es claro: buscan desescolarizar, porque jamás en la historia se cerraron escuelas para «actualizar el sistema educativo». 


Apenas asumió Macri como Jefe de Gobierno porteño en 2007, quitó la carne y las verduras de los comedores escolares para darles guiso de soja a los chicos, reflejando el mismo gen derechista de Ricardo Bussi, el concejal tucumano que dijo: «¿Para qué vamos a enseñar matemática a una changuita de La Cocha, si va a terminar trabajando la tierra?». Proponen una educación especializada, en función del campo laboral: para ellos, es mercancía. 


Desde 2007, el presupuesto educativo bajó de 28% a 17%. No pararon. Y no van a parar. La Ciudad de Buenos Aires es la jurisdicción que menos invierte en educación en el país. Entonces, esta situación hay que saber leerla en la falta de paritarias, en la aprobación de la UniCABA y en el cierre de jardines maternales. Se trata de una seguidilla de medidas antipopulares que tiene una meta evidente: sólo podrán educarse, quienes se paguen los estudios.


Así, quieren ignorantes a los pobres, para utilizarlos como mano de obra barata. Y porque tienen claro que, más poder para las escuelas, es menos poder para ellos.