* Por Sandra Cáceres, delegada de ATE por las trabajadoras del Polo de la Mujer de la Sub Secretaria de Violencia Familiar y de Género.
Somos las personas que tienen que atender a las mujeres en situación de riesgo de Córdoba, somos profesionales comprometidas con esta delicada tarea que en tiempos de crisis socioeconómica resulta imprescindible y aun así, sostenemos nuestro trabajo a pesar de la precarización laboral de un Estado que debería cuidar a las que cuidamos. Nos encontramos en plan de lucha y jornadas de protesta desde el 11 de septiembre de 2018. Reclamamos salarios equitativos por igual tarea y reconocimiento del trabajo de riesgo.
Hace diez años lo tramitamos, pero todavía no percibimos plus por tarea insalubre y de riesgo, ni tampoco licencia sanitaria o jubilación. Esta gestión ingresó prometiendo el reconocimiento profesional y por el contrario, despidió trabajadoras, que luego fueron reincorporadas por la lucha colectiva, pero precarizando profesionales bajo monotributos o becas.
Las trabajadoras del Polo realizamos tareas de asistencia individual y grupal. Brindamos un abordaje integral, a un promedio de 120 personas por mes por profesional. Además sostenemos una guardia que implica la recepción de mujeres que en muchas oportunidades consultan por primera vez, o están en riesgo de femicidio lo que conlleva la asistencia de 20 casos nuevos mensualmente por cada profesional que se agrega a la agenda de intervenciones que ya venimos realizando.
Cobramos saldos que rondan en montos menores a la mitad del sueldo, correspondiente a la tarea especializada que realizamos, sin siquiera llegar a la canasta básica. El 20% de las trabajadoras somos sostén de familia, constituyendo este salario nuestro único ingreso.
La demanda se triplicó desde el año 2015. No hay personal que se esté tomando con este desfasaje, y el poco personal que se toma es ultra precarizado, monotributistas la mayoría y algunas becarias. El impacto surgió a partir del año pasado, debido a los porcentajes nunca vistos de carpeta médica del personal, sobre todo de mi área: los profesionales nos estamos enfermando más.
El gobierno intenta tapar baches, pues la institución en principio tiene una falta de criterio que desgasta a un personal que termina atendiendo todo tipo de problemática: hay una necesidad de propaganda institucional que hace que muchas personas en situación de altísimo riesgo, incluso de femicidio, no puedan ser recibidas.
Además, el Polo persigue e intimida a las trabajadoras por reclamar sus derechos laborales: es importante resaltar que hacemos estos reclamos en el marco de una Institución que ejerce violencia Institucional y laboral hacia sus trabajadoras mujeres, que paradójicamente se trate de la Institución que debe resguardar los derechos vulnerados de las mujeres en situación de violencia.