Para que un policía enfierrado pueda defenderse del peligro imprevisto, le dan un chaleco antibalas, municiones de plomo, pistolas taser y un protocolo asesino. Ahora, para que Carla pudiera defenderse del peligro anunciado, le dieron 11,34 pesos, un par de consejos y un botón antipánico, que su pánico debió dejar en el suelo. ¿Buscan políticas públicas? Vayan a rastrillar el Riachuelo.