1 febrero, 2019
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«¡Urgente, nos están contaminando!»

 

 

 

 

En la Villa 21-24 de Barracas el agua sale con olor a cloaca. Literal, con olor a caca. ¿Olés? No podés. Pero al menos tratá de imaginártelo, por favor, un hedor nauseabundo que no deja respirar, un olor inmundo que da ganas de llorar. A veinte minutos del centro de la capital, no existen buenos aires porque el agua sale con gusto a tierra, a sucio. Intentá inspirar a tu paladar, por favor, y sentí ese sabor ¡de mierda! Bien de mierda. ¿Ves? Sí, podés. Mirá esa foto, observá ese color, por favor, ya no hace falta que uses la imaginación: ¡Se zarpa en marrón!

 

 

 

La Junta Vecinal realizó un estudio a través de la Facultad de Ingeniería de la UBA y las tres muestras acaban de dar positivo en “infección bacteriológica”, lo que significa que el agua es NO POTABLE y que puede generar infecciones, fiebre, vómitos, náuseas y diarrea a las ¡28 mil personas! que la consumen en las nueve manzanas afectadas. Allí, el Gobierno de la Ciudad está llevando a cabo una obra cloacal, pluvial y de agua que debió finalizar en marzo pasado. Allí, hay 6 comedores que no pueden alimentar a más de 2400 vecinas y vecinos para no intoxicarlos. Allí, la UGIS, ACUMAR, AySA y la empresa Pose S.A, que ganó la licitación de la construcción, nos están contaminando.

 

 

 

¿Incolora, insípida e inodora?

 

 

Dejen de envenenarnos la vida, 
¡la concha de la lora!