15 abril, 2019
,

Nos mataron a Sabina

 

Miren la foto, nada más.

 

Tenía once años. ¿Y ahora cómo se hace, cómo se hace para que no lean de corrido? Nada, nadie, ninguna estúpida oración de ningún absurdo posteo puede ponerlos de frente a sus ojitos chinitos, dulces, riojanitos. No la van a ver sonreír atrás de una cámara, ni correr detrás de una pelota, ni volver del almacén. No la verán volver. Quería estudiar más, más y más, soñaba ser artista y alfabetizar a sus papás. Tenía once años. Salió a comprar un perfume ayer cerca de las 19 y no volvió más, nunca más: a las 22.40, sus vecinas alumbraron al barrio Virgen Desatanudos con sus teléfonos y la encontraron tal como la dejó el Estado, golpeada y tirada en un descampado, totalmente abandonado por sus policías, sus luminarias, sus ambulancias y sus medios de comunicación, esos que ahora corren a buscar el morbo y la «conmoción». Tenía once años. Y entonces acá no estamos conmovidos, estamos partidas al medio, con los puños llenos de dolor, las gargantas llena de rabia y un cajón chiquitito que recibe juguetitos de colores, porque no hay lugar para flores, ni para tanto tierno alboroto, ni para descansar en paz.

 

Por favor,
miren la foto, nada más.