4 mayo, 2019
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Non santo

 

Como en tantas otras ciudades, en la bonaerense Pergamino el agua está contaminada con 18 agrotóxicos distintos, por los miles de litros de químicos que los productores sojeros echan en sus campos linderos a escuelas y zonas urbanas. Allí donde el glifosato arrasa con la vida y se profundiza el agronegocio tras la reciente defensa presidencial a las corporaciones contaminantes, las Madres de Barrios Fumigados alertan sobre una crisis de dimensiones inimaginables, ratificada por la propia Justicia: el Juzgado Nacional Nº2 de San Nicolás acaba de prohibir las fumigaciones a menos de 600 metros de los barrios Villa Alicia, Luard Kayar y La Guarida.

 

Abortos espontáneos, hipotiroidismo, linfomas, infecciones óseas, autismo, tumores cerebrales, malformaciones, problemas de desarrollo mental y hormonal, asma, cáncer, Parkinson y Alzheimer, son algunas consecuencias de la presencia del glifosato y otros venenos en el agua, en la tierra, en el aire, en la lluvia… ¡ Y en cada plato que en el campo o en la ciudad comemos cada día!

 

Que nos curen historias como estas, si todavía no nos curó el espanto.
Todas y todos, somos víctimas
de la doctrina Monsanto.