18 julio, 2019
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«25 años después, la causa AMIA está en foja cero»

 

* Por Diana Malamud, 
esposa de Andrés Malamud, asesinado en el atentado a la AMIA.


Hablar de ese 18 de julio de 1994 es muy difícil, siento que las palabras se me traban en la garganta porque, sin dudas, fue el día más duro de mi vida. Andrés, mi marido, era el arquitecto que estaba a cargo de las refacciones de la obra en la AMIA y recuerdo con claridad el momento que escuchamos la explosión desde mi casa que está a 15 cuadras de la sede.


En ese entonces, nuestras hijas tenían 5 y 2 años y él tenía 35, era una persona excelente y nos amábamos profundamente… Además, era sumamente activo: le encantaban los deportes, soñaba con viajar, le quedaron tantas cosas pendientes que nunca pudo realizar. Pero, por sobre todas las cosas, le hubiese encantado ver a nuestras hijas crecer.


25 años después, la causa AMIA está en foja cero porque todavía no sabemos quién mató a nuestros familiares, quiénes fueron los cómplices, los autores materiales e intelectuales. Y se volvió tan vacía de verdad, tan manoseada y llena de irregularidades, con muchísimas maniobras de encubrimiento. No fue algo librado al azar, sino que fue una decisión desde lo más alto del poder político de ese momento que indicaron culpables, que abandonaron todas las pistas posibles y destruyeron las pruebas que no les interesaban. Ningún gobierno se hizo cargo realmente de esto ni lo tuvieron en agenda como algo prioritario para investigar. Sin eufemismos, fue un crimen de lesa humanidad y una grave violación de los Derechos Humanos, un hecho antisemita ya que explotaron la institución más importante de la comunidad judía y lo hicieron en un momento en que sabían que estaba mucha gente ahí dentro. En simples palabras, el objetivo fue asesinar a la mayor cantidad de personas posibles.


Mis expectativas hoy están puestas en la apelación que vamos a hacer en el juicio que llevamos adelante por encubrimiento. El Tribunal Oral Federal N°2 dijo en su fallo que está comprobado que se realizaron maniobras de encubrimiento desde los tres poderes del Estado argentino. Sin embargo, las condenas fijadas fueron exiguas y en otros casos hubo absoluciones increíbles, como los casos del ex presidente Carlos Menem, del ex jefe de la Policía Metropolitana en 2009, Jorge ‘Fino’ Palacios, o del ex presidente de la DAIA Rubén Beraja. Ante esto, como pueblo debemos exigir y fortalecer las instituciones de la democracia, en medio de una Justicia que no es justa y sólo tiene presos a ladrones de gallinas.


El paso de los años no nos va a vencer. Día a día, seguiremos hasta las últimas instancias, luchando por Memoria, Verdad y Justicia.