26 julio, 2019
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La gobernadora muda

 

 

El 10 de diciembre de 2015, abrazada por los cánticos de la gente en los pisos de la legislatura provincial de La Plata, se escuchaban los gritos: “¡Ahora, ahora, Vidal gobernadora!”. En aquel momento, no se calló: “Yo, María Eugenia Vidal, juro observar y hacer observar la Constitución de la Provincia de Buenos Aires, desempeñando con lealtad y honradez el cargo de gobernadora”.

 

 

El 26 de julio de 2017, abrazada por la tragedia, la vida de Marta Ramallo cambió para siempre. Hoy se cumplen dos años de que una cámara de seguridad registró por última vez a su hija Johana Ramallo, de 23 años, en una estación de servicio de La Plata entre las calles 1 y 63, a quince cuadras del despacho de la gobernadora y a tres de la Dirección Departamental de Investigaciones. El 9 de noviembre de ese año Marta le envió una carta a María Eugenia Vidal, implorando un encuentro.

 

 

Nunca le contestó.

 

 

El 6 de mayo pasado fueron encontrados los restos de Johana. Y Marta sigue de pie, gritando: “Al día de hoy no hay ni un imputado; no hay un juez ni un fiscal que diga ‘¡buscamos a una piba un montón de meses y la encontramos sin vida!’. No hay responsables políticos, no se acercó la gobernadora Vidal ni el intendente de La Plata, Julio Garro. Tampoco el ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, ni el de Derechos Humanos, Santiago Cantón. A Johana la desapareció una red de trata. Pero después, la desaparecieron el Poder Ejecutivo y el Judicial, por segunda vez. Les importa una mierda la vida de nuestras pibas. Les importó una mierda la vida de mi hija”.

 

 

Shhhhhhhhhh.

Shhhhhhhhhhhhhhhhhh.

 

 

Que la gobernadora está ocupada en la reelección provincial…

 

 

No hay peor muda,

que María Eugenia Vidal.