* Por Alfredo Zaiat,
para La Garganta Poderosa.
Tres años y medio de macrismo, tres años y medio de catástrofe. A la luz de la realidad, hoy estamos ante un deterioro fulminante para la calidad de vida que afecta a una inmensa mayoría de la población, porque han atentado contra los más pobres, en favor de una concentración de la riqueza que sólo favorece a sus propias familias, sus asesores y sus cómplices. No son palabras, son 4 millones de pobres, una pérdida de salario real y un derrumbe del poder adquisitivo de los jubilados, en uno de los períodos más dramáticos que atravesó nuestra sociedad.
La corrida cambiaria del último lunes, después de las PASO, se detona como una consecuencia directa de las bases económicas que instaló Mauricio Macri desde su primer día como presidente. Claro que no fue espontánea, ni fue casualidad: se disparó por la desregulación absoluta del mercado financiero, que provocó una de las tasas de interés más altas del mundo. Y sí, eso generó que nuestro país se convirtiera en un gran casino donde jugaron los mismos especuladores de siempre, esos que ahora determinan su estampida, ante semejante derrota electoral.
Ahora, recién ahora, llegan «las medidas», un paquete de anuncios absolutamente insignificantes, que no están ni remotamente cerca de poder compensar el fogonazo inflacionario provocado por la devaluación. Pero lo peor es que todo eso no es lo peor. A pesar del mensaje ensordecedor de las urnas, hasta hoy siguen ciegamente su línea, dándoles más presupuesto en bonos a las Fuerzas de Seguridad que a los trabajadores de a pie. Pues eso buscan: un disciplinamiento que reprima los gritos del pueblo.
¿Pero saben qué? ¡El pueblo ya dijo basta! La gente no soporta más el cinismo de los ricos gobernando para los ricos, digan lo que digan. Desde ahora y hasta octubre, seguramente veremos una profunda crisis política, emergiendo sobre una carencia total de liderazgo, con una economía paralizada y sin medidas reales para encarar el conflicto. Por eso, gargantas, ahora más que nunca debe resonar por todos lados que nunca, pero nunca, pero nunca Macri, porque no se puede vivir culpando a la sociedad, ni negando sistemáticamente esta realidad lastimosa, impartiendo cinismo desde un sillón presidencial…
Ya nadie duda qué cosa es el macrismo.
Pura destrucción neoliberal.
#YoGritoNuncaMacri
