30 agosto, 2019
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La lucha del siglo

 

 

Nuestras nonas son ejemplo, son faro y guías verdaderamente poderosas. El 15 de agosto de 1919 en Moisés Ville, Provincia de Santa Fe, nació Rosa Tarlovsky de Roisinblit que ya lleva 100 años de pura vida fortalecidos por 41 de pura lucha contra el terror: “Realizamos un arduo trabajo contra la desaparición forzada de personas”. Hoy es Vicepresidenta de Abuelas de Plaza de Mayo y en todos estos años de incansable insistencia por reconstruir una parte de su historia, tuvo 130 motivos para recuperar las fuerzas día a día y tiene 30.000 razones para seguir gritando Nunca Más: “Hoy, en el Día Internacional del Detenido-Desaparecido, recuerdo ese octubre del ’78 en que se llevaron a mi hija Patricia embarazada de ocho meses el 6 de octubre de 1978 junto a su marido Juan Manuel Pérez y su nena, Mariana, con un poco más de un año. Era mi mayor temor, ya que ambos militaban contra las injusticias del mundo”. Para ella no fue opción quedarse en su casa porque se ahogaría en el dolor y la desesperación: “Un día después del secuestro, dejaron a mi nieta en la casa de un familiar. Desde ese primer momento, supe que inmediatamente debía ponerme en pie y salir a luchar. Y así, en el 2000 recibí un llamado en el que me dijeron: ‘Rosa, apareció tu nieto’”.

 

 

En aquellos años sin respuestas salir a las calles a preguntar era poner en riesgo tu vida, la de tu familia, tus amigos, tus compañeras. Esas «locas» fueron las únicas con los ojos lo suficientemente despiertos, la cordura y la fuerza necesaria para luchar: “Cada quince días nos reuníamos para contarnos nuestras experiencias de búsqueda, que nos tenían de acá para allá. Nos hacíamos pasar por maestras que iban a festejar un cumpleaños a distintos bares, mientras por debajo de la mesa pasábamos papelitos ya que teníamos mucho miedo”. Dejando de lado todo egoísmo y entendiendo que su búsqueda se había hecho colectiva: “Cada una estaba por todas y todos los nietos, ya no era solo por los nuestros”.

 

 

En su siglo de lucha, pasó por muchos momentos del país. Durante un gobierno de tanto negacionismo y de tanto ataque hacia el pueblo ella no pierde el foco ni la conciencia crítica: “El macrismo no es un gobierno; es un desgobierno”. ¿Y donde se enfocó todo este tiempo? “No hay lugar para el pueblo, dejaron a cientos de miles sin un trabajo digno. No paran y no van a parar, ¿qué esperan?». Juntando toda su experiencia, su lucha, su historia, nos deja un pedido que cala hondo en la mente: «Queda en nosotros mejorar, transformar a toda Latinoamérica y caminar hacia una patria independiente”.