24 agosto, 2019
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Un amazonas de fueguitos

 

 

 

 

 

 

Una mujer del pueblo de Piripkura, en el Amazonas, Brasil, pudo subir al alto cielo.

 

A la vuelta contó. Dijo que había ido a contemplar desde arriba, la vida humana.

 

Pero se aterró al ver un mar de fueguitos.

-El mundo es eso -reveló- la selva más grande del mundo incendiada, la vida humana en peligro, un montón de especies con probabilidad de extinción, un mar de fueguitos.
Cada incendio provocado destruye con luz propia entre todos los demás.
No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Y de todos los dolores también. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, pero hay otra gente de fuego loco que llena el aire de chispas. Fuegos bobos que alumbran y queman, que liquidan a la naturaleza con tanta pasíón que no se puede mirarlos sin parpadear y quien se acerca se enciende, muere, arde.
El mundo es eso… 
Y mañana será demasiado tarde.