29 septiembre, 2019
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20 años sin callar

 

 

 

*Por Ana Braghieri, mamá de Clemente Arona, asesinado en Venado Tuerto por la policía de Santa Fe.

 

 

Clemente era un pibe de barrio, trabajador, lleno de amigos y el menor de tres hermanos. Era un chico muy alegre, apasionado de las motos de carrera.

 

El 8 de setiembre de 1999, pasadas las 12 de la noche, volvía de la casa de su novia por la Ruta Nacional Nº 8 y mientras esperaba en su moto la luz verde del semáforo fue embestido y arrastrado por un móvil del Comando Radioeléctrico conducido por el agente Roberto José Mandelli, a una velocidad de 120 km por hora.

 

Desde el principio nos presentaron el caso como un accidente de tránsito, pero la realidad mostró que fue un asesinato. No sólo movieron el cuerpo del lugar, sino que no llamaron a la ambulancia ni a los agentes de tránsito, ni siquiera a nosotros, que nos enteramos por un amigo que pasaba por el lugar y reconoció a Clemente. Más aún, dentro del auto oficial se encontró una carpeta con el nombre de mi hijo que nunca pudieron explicar por qué estaba ahí.

 

Luego de estar ocho horas en un centro traumatológico sin recibir ningún tipo de atención médica, pudimos conseguir que una ambulancia lo traslade de urgencia al Hospital Clemente Álvarez de Rosario. Recuerdo que el médico que nos recibió nos dijo que se había perdido mucho tiempo. Esa demora también formó parte del atentado: hubo una complicidad con la unidad de cuidados intensivos, ya que el dueño de esa ambulancia formaba parte de la Cooperadora del Comando Radioeléctrico, y por esa razón Clemente no fue trasladado inmediatamente. Falleció 16 días después, tras cumplir 22 años en el hospital.

 

 

 

 

El camino judicial no fue menos doloroso. Desde el principio ningún juez quiso hacerse cargo del caso y fue tanta la impunidad que hasta llegué a hacer una denuncia ante la Corte Suprema de Justicia por la falta de investigación. Finalmente, y después de 7 años sin respuestas, dilaciones y cajoneos de pruebas la Sala 1 de la Cámara de Apelaciones en lo Penal de Rosario dictó el sobreseimiento de Mandelli “por prescripción de la acción penal”. Los otros dos agentes que se encontraban en el móvil, Walter Gómez y César Correa, fueron condenados por el Juzgado de Sentencia de la ciudad de Melincué por los delitos de Falso testimonio y encubrimiento.

 

El caso de clemente ha desnudado al accionar corrupto de la Policía de Santa Fe y de los Jueces. Hoy los policías que mataron a Clemente continúan en sus funciones y para la justicia nada ocurrió. De lo único que tengo certezas es de que Clemente existió. Su caso es una muestra más de las prácticas policiales que exceden a los partidos políticos y a las provincias. Constituyen resabios de la dictadura, del aparato represivo que nunca fue desmantelado y que ahora es agravado por los protocolos deshumanizados de la Ministra de Seguridad. Se avalan los tiros por la espalda, el asesinato de Santiago Maldonado o el de Luciano Arruga. La policía aplica a diario la pena de muerte.

 

Tengo 77 años y me resisto a perder la esperanza, por eso hoy, 20 años después, con un acto y una radio abierta desde las 15hs en la Plaza San Martin de Venado Tuerto (Belgrano y Marconi), volveremos a gritar por Clemente y por todos los pibes que se llevó la policía.

 

 

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