Alzamos la voz y resignificamos nuestra historia, vinimos a debatir, a discutir, a consensuar, a pensar, a escuchar. Acá nos encontramos las vecinas que vivimos, sobrevivimos, parimos, decidimos y renacemos cada día, a pesar del hambre, del empobrecimiento y del abandono estatal; para seguir luchando contra las opresiones, creando espacios de encuentro, y haciendo hasta lo imposible por alimentar a barriadas enteras.
¡Así están las cosas país, y lo gritamos las villeras!