28 noviembre, 2019
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“Entre ríos de basura”

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Hay un barrio en una provincia que parece un poco olvidada, un poco fumigada, un poco monocultivada, un poco ahogada, un poco boludeada. Ahí, al este de esas tierras que huelen a obsecuencia y a Monsanto hay un territorio que resiste contra el olvido y la marginalidad. Se dice que el agua sabe a basura, que hay casas invadidas por cucarachas y que la cotidianeidad se pudre, literalmente. Hay más de quince familias que saben bien lo que es pasarla mal, que ven cómo sale por la canilla lo que debería estar en la cloaca. Se llama desidia estatal y hoy le toca al Barrio San Francisco de Asís.

 

En esa provincia, en la ciudad de Colón, adentro de ese barrio, al lado de ese basural, la comida se pudre, el hedor es nauseabundo, hay niñas y niños brotados, con infecciones en el cuerpo. Allí no hay parques lindantes ni escuelas y las salitas de salud atienden solo cuatro horas durante la mañana. En un costado hay piletas de decantación de residuos cloacales, en otro decenas de llantas abandonadas, descomponiéndose y del otro un enorme basural. En el centro hay familias, casas, niños y niñas; una asamblea sobreviviendo. Mientras tanto, ante tantas vulneraciones a la vida saludable, el municipio responde que lo que tienen «es agua potable». Ya que no nos podemos quejar de semejante derecho, ¿No gustarían beberla y de paso tratar de digerir toda esta información? Ahí, esperamos, creemos, deseamos que puedan entender al saborear esta realidad inigualable; seguro para ustedes también, se volvería insoportable.

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