25 noviembre, 2019
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Gritemos la verdad: queremos justicia, no impunidad

 

 

Marcos Soria era un compañero alegre y humilde de barrio Villa Angelelli que tenía tan solo 32 años. Trabajaba de carrero, participaba en la «Huerta entre todos» de la Asamblea de la Zonal Sur del Encuentro de Organizaciones y era, además, miembro de la CTEP. Convivía con Andrea, su pareja, y su hijo e hijita.

 

El 24 de noviembre de 2018, cerca de las 6 de la mañana, el policía Samuel Fernández disparó contra Marcos luego de un supuesto robo en un colectivo; el móvil salió a buscar a los culpables y se encontró con él, que venía caminando rumbo a su casa. Lo verduguearon, lo golpearon, lo subieron al patrullero y cuando, asustado por toda la situación, quiso escapar, le gatillaron dos disparos, uno de los cuales impactó en su cabeza.

 

A un año de lo sucedido, la causa está detenida, en un contexto provincial que avala el abuso policial como política del Estado con las medidas planteadas en el “Código de Faltas”, hoy llamado “Código de Convivencia”. Desde la vuelta de la democracia hubo 435 asesinados por las fuerzas de seguridad cordobesa, 340 de ellos durante el gobierno de Unión Por Córdoba (UPC). Hablamos con su pareja Andrea, su cuñada Silvia, su sobrina Soledad y sus hermanas, Cyntia y Verónica.

 

– A un año de lo que pasó con Marcos, contanos un poco cómo estás vos Andrea, y como se encuentra la familia.?

 

Andrea: Estamos mal, porque se cumple un año y no tenemos novedades de la causa. La justicia no existe para nosotros. Queremos que el policía pague lo que hizo, porque anda en nuestro barrio burlándose de nuestra familia, que está sufriendo. Tenemos mucha indignación. El barrio está muy triste, no solo en esta fecha, sino todos los días. Se lo recuerda por cómo era: le encantaba salir, le gustaba festejar. Era muy alegre. Si estabas triste, él venía con sus sonrisas y te cambiaba todo. Cuando las hermanas estaban enojadas, las abrazaba y las besaba, hasta se ponía una peluca o se disfrazaba para hacerlas reir.

 

– ¿Cuál es el recuerdo más vivo que tienen de él?

 

Andrea: Siempre te charlaba y te levantaba el ánimo, decía que ya todo iba a pasar para que no estemos mal. Quería lo mejor para su familia. Aunque estuviera hecho pedazos, siempre se ponía en el lugar del otro. Cuidaba su trabajo. Estaba atento a todo. Veníamos de la huerta y salíamos en el carro a buscar para comer. Si a las 8 teníamos que estar en la parada, a las 7 y media ya buscaba a sus hermanas para que fueran a marchar con él. La alegría que él tenía, no la tenía nadie en la familia. Ahora nos juntamos a comer, miramos alrededor y sentimos que falta alguien. Es algo que no se puede explicar, como un vacío en el corazón que es muy grande, todos los días.

 

 

 

 

– ¿Cómo fue el tratamiento del caso en los medios de comunicación?

 

Andrea: Hay muchos medios que mintieron, que dijeron que él anduvo robando. Lo juzgaron y no saben cómo fueron las cosas. Han puesto barbaridades en las noticias. Yo, como pareja de él, estaba indignada. Lo culparon porque fue el único que andaba por la calle a esa hora. No sabían qué cargo ponerle y le metieron enfrentamiento, cuando no fue eso lo que pasó.

 

– A nivel nacional, y en ese momento particular, se utilizó la Doctrina Chocobar para justificar la violencia policial y, también, para justificar las muertes por gatillo fácil. ¿Creen que esta doctrina habilitó el asesinato de Marcos a mano de la policía?

 

Silvia: Sí. Hoy ya no confiamos más en la Policía. A Marcos lo mataron por la espalda; que no digan que le pegaron un tiro de frente, que fue un enfrentamiento. Nos dijeron que tenía golpes porque después del disparo se cayó: mentira, estaba golpeado de antes. Si lo que querían era atraparlo, le hubiesen tirado a los pies y listo. Pero no, Fernández le tiró a la cabeza.

 

– ¿Cómo te sentís al participar este año en la Marcha de la Gorra?

 

Silvia: Antes me preguntaba “¿A qué tenemos que ir a esa marcha? Si no es nada nuestro», ahora entiendo a esas familias. Hoy creo tenemos que estar en las calles. A esta próxima marcha, voy a ir con mis hijos. Tampoco comprendía la importancia del apoyo de la gente. Gracias a la organización, lo de Marcos salió a la luz y hoy, todo el mundo sabe que no nos quedamos de brazos cruzados.

 

Andrea: Sé que algún momento se va a hacer justicia. Lo sé. Lo que queremos ahora es que el policía responsable pague, que no ande así como si nada. Que sepa que Marcos tiene una familia que está detrás de todo esto y que no vamos a darnos por vencidos hasta que se haga justicia.

 

 

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