Cholas, mineros, campesinas, trabajadores e indígenas levantamos los puños en defensa de nuestra libertad. Wiphalas, ponchos rojos y polleras que representan resistencias ancestrales, símbolos que se respetan. En cada rincón de la Patria Baja, luchamos de pie por una Latinoamérica despierta, digna y soberana.
Ellos se escudaron en la biblia, las balas, el racismo y el falso silencio mediático para censurar estas voces; persiguen, humillan y amenazan a comunidades ancestrales. Pero mientras esta mirada plurinacional nos guíe, nuestra garganta gritará contra una operación que no causa ninguna gracia:
¡Que devuelvan del exilio a la democracia!
