Somos el pico de rating de los que venden miedos, el fuego en la garganta que se les escapa por los dedos, la realidad que otros comentan desde oficinas acondicionadas, ¡somos la verdad de las tierras sublevadas! Volvimos a saltar esa muralla que llaman pantalla, para interferir esa estigmatizante transmisión que no va a frenar una flamante usina de comunicación popular. A la vera de una escuela convertida en tienda comercial en los noventa y dentro de una trinchera que resistió la furia neoliberal sin ponerse en venta, justito en ese centro que siempre expulsó a la periferia embarrada, con un zarpado festival y una feria de la barriada, inauguramos otra antena contra la criminalización de la pobreza: ¡La cultura villera ya tiene su redacción cordobesa!
Los días sin dormir se acumularon, uno tras otro, pero poco importaba. La ansiedad, los nervios, las ganas y la responsabilidad de que todo saliera bien, nos carcomía la emoción que teníamos adentro por llegar a inaugurar la redacción en la provincia de Córdoba. Ese día amaneció un tanto nublado, pero la transpiración que emanábamos no pasaba desapercibida, así como la tarde del sábado 19 de octubre, que guardaremos para siempre en las retinas.
Junto a las y los vecinos de las villas que conformamos la región cuyana, -Mendoza, San Luis, San Juan y La Rioja- pusimos todo a punto: bombos, platillos, voces, cooperativas, para que la potencia de la base resonara detrás del shopping más grande de la capital cordobesa, un sitio histórico del debacle neoliberal en la provincia. Justito ahí, donde antes había una escuela. Justito ahí, dentro del Circulo Sindical de Prensa y Comunicación de Córdoba (CISPREN).
Nuestra nueva trinchera para profundizar en la batalla cultural y comunicacional se emplaza en el casco central de la ciudad, una zona que siempre presentó obstáculos para los barrios mal llamados «periféricos». Ya sea porque podríamos terminar presos por “merodear” en sus calles, cagados a palos por la Policía provincial debido al delito de la portación de cara, o desaparecidos como Facundo Rivera Alegre. Se llama estigma y se traduce en exclusión. “Después de que la Fuerza me llevó preso injustamente, decidí formarme como fotógrafo. Hace cuatro años sólo teníamos una cámara y hoy abrimos la tercera redacción en el país”, dijo Julio Pereyra, de Yapeyú. Serena Plaza, comunicadora del barrio Los Cortaderos, complementó la idea: “Esto es una revolución zarpada, rompe con lo que eternamente nos impusieron”.
La alegría fue colectiva y copamos la calle: feria popular, mate cocido, tortas fritas, galería de fotos, música, invitadas e invitados de lujo y, sobre todo, a metros del escenario nuestro protagonista principal: el recuerdo de Marcelo Zlotogwiazda, quien estará presente en esta y en cada redacción. “Celebro esta belleza y que hayan ido haciendo un camino propio mediante cambios sociales”, nos felicitó la escritora y actriz trans Camila Sosa Villada. También vino a compartirnos sus palabras y su sensibilidad la cantante Marilina Bertoldi: “El trabajo de ustedes es muy importante, es de raíz, el que no busca los likes. Aplaudo esta iniciativa tan importante para la comunicación del país».
A pura música movimos los pies con Lucas Heredia y Raly Barrionuevo, que antes de romperla con su folklore, comentó: “El cambio de paradigma es función del arte y de la comunicación, por eso escribo lo que siento, lo que me late. Y por eso es fundamental la inauguración de la redacción de La Garganta en esta provincia”. Lucas, por su parte, analizó sobre la importancia de la voz propia: «Estos cuatro años demostraron cuánto poder tienen esos medios de desinformación… Y La Garganta siempre fue un contrapeso que cada vez es más grande y que si suma un punto a favor, lo suma para siempre».
En el festival no faltaron ni las serenatas, a través de las melodías de David, un vecinito de 11 años del barrio Yapeyú que hizo bailar a las cientos de personas que lo escucharon, entre las cuales había referentes de Derechos Humanos, murgas y varios artistas locales que nos abrazarnos con sus artes. Previo a despedirnos bailando cumbia y tirando unos pasos clásicos de cuarteto, resonó la garganta de María Ana Mandakovic, Secretaria General del CISPREN: «Que La Poderosa inaugure su redacción acá es parte de hacer realidad un proyecto que incluye y que crece en las organizaciones sindicales junto a compañeros y compañeras comprometidas en la comunicación popular”.
Así floreció un nuevo punto de partida, una nueva usina de acción, de reflexión, de información desde los márgenes, a través de un periodismo con los pies llenos de barro como lo soñaba Sabina y como nos enseñó Rodolfo Walsh. Así, tal y como decía un pasacalle que colgamos para celebrar esta inauguración poderosa, seguiremos siempre, hasta la victoria: “Para que nunca más, otros escriban nuestra historia”.