Por Agostina Domínguez y Melany Contreras, comunicadoras de la Asamblea Los Cortaderos.
“Somos re pulenta y no exagero”, así llegó el poderoso corto del barrio Los Cortaderos, gritando desde el fondo del Boulevar Los Polacos para romper con el aislamiento. Nos organizamos en el tiempo para contarte nuestra historia, la de las pibas y los pibes que te cantan haciendo trayectoria. En el marco del Taller de Cine Popular, el pasado domingo 24 de noviembre se estrenó el cortometraje “Cortar para Armar”, una producción audiovisual que realizamos entre niñas, niños y adolescentes. En el taller propusimos que el tema central del corto sea el proceso de cortado de ladrillos, esa práctica que le dió el nombre final a nuestro barrio.
La proyección se realizó en el espacio cultural «La Casita de La Pode» donde vecinas y vecinos disfrutamos una tarde calurosa llena de emociones. Con una merienda de por medio, nosotras estuvimos ahí, en primera fila. Nos sentimos orgullosas de saber que mostramos en el barrio nuestra herramienta de comunicación, poniendo nuestra voz en alto. Por medio de la educación popular y la lucha diaria, con nuestra cultura villera y con una trinchera de artistas, hicimos un cortometraje que no solo vio todo el barrio, sino que también lo llevamos a la Facultad, ahí donde casi nunca nos escuchan, ni nos miran de verdad.
El miércoles 27, en la Facultad de Artes en la Universidad Nacional de Córdoba mostramos nuestra visión poderosa y nos subimos al escenario a cantar, en vivo y en directo, un rap que daba el cierre final al cortometraje. Hace no mucho tiempo, a quienes vivíamos en el barrio nos decían “los aislados”, la policía misma tapaba las dos entradas del barrio para que nadie salga. Estar ahí, presentes en la Facultad, mostrando nuestro barrio, nos liberó de esa categoría. Aprender a usar las cámaras y cómo se maneja un micrófono, son todos conocimientos que nos empoderan cada vez más y que pondremos siempre al servicio de visibilizar lo que mucha gente intenta ocultar.
Copamos nuestra Casita Cultural en el barrio y la sala de la Facultad para contar la verdad que generalmente no sale en los diarios, y para cortar, de una vez por todas, con las mentiras que nos venden a diario. Largamos lo que queríamos decir y hoy nos sentimos liberadas y orgullosas. Queremos que lo vea todo el mundo, para que sepan que para conocer un barrio, ¡primero hay que caminarlo!