2 diciembre, 2019
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Marcha de la bronca y de la fe

 

El pasado Jueves 28 de noviembre inundamos las calles de las ciudades de Córdoba, Rosario, Santa Fe, Mar del Plata y Resistencia con nuestras viseras. Marchamos por nosotras, por nosotros, por quienes vienen, por quienes ya no están, por todas y todos los que nos arrancaron las Fuerzas del Estado. Marchamos porque en Córdoba, sólo en octubre, el Gobierno provincial incorporó 917 policías y en los últimos tres años invirtió $1.526 millones en accesorios y medios de protección para los agentes, mientras que en nuestros barrios la violencia y las detenciones arbitrarias aumentaron. Marchamos porque en la circunscripción Rosario durante el 2018 se registraron 280 casos de violencia policial, la cifra más alta de toda la provincia de Santa Fe. Marchamos, porque en Chaco la Policía provincial no realiza las revisiones médicas correspondientes cuando detiene a los pibes, tampoco los lleva a los Centros de Salud y son los mismos efectivos quienes realizan los chequeos en las comisarías sin la presencia de profesionales médicos.

 

Marchamos porque en ninguno de nuestros barrios, ni en ninguno de los pueblos que intentan someter al imperialismo, seguiremos callados ante tanto cinismo: ¡las violaciones a los Derechos Humanos no nos dan lo mismo! Desde las entrañas de las barriadas salimos a las calles las pibas, los pibes, las jubiladas, los artistas callejeros y cada laburante de la economía popular, para hacerle frente a la doctrina de las cachiporras. Y ponemos nuestra voz en alto en una nueva Marcha de la Gorra.

 

Marchamos con orgullo, con esperanza por ver todos esos rostros saliendo año a año para copar las calles en plena lucha y resistencia. Por salir a rebelarse ante un sistema que sólo propone más exclusión y más aislamiento. El grito de esta marcha, que se volvió un movimiento nacional, se va a escuchar hasta La Paz: ¡volvemos a decir, Nunca Más!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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