*Carta de Melina Cruz, a sus hermanos Agustín y Facundo Cruz.
Negro de mi vida, hoy hace exactamente un año que te fuiste para nunca más volver. Ese día nos rompieron el corazón en mil pedazos a todos, sobre todo a mamá, papá y a los chicos. Siempre te voy a extrañar, con esa sonrisa y esos ojos chinos tan lindos. Eras un pibe humilde, con un carácter único, todos en el barrio te querían y respetaban. Eras el orgullo de mamá y papá, y un excelente hermano. No hay día que no estés en nuestras charlas o en nuestra mente.
¿Cómo hacemos para continuar la vida con tanto dolor? ¿Quién se va a hacer cargo del sufrimiento de toda una familia? Ese día el Policía de la Ciudad, Matías Ezequiel Rodriguez, mató a un chico muy querido por su familia, por el barrio, por sus amigos y sus compañeros de Taekwondo, ese deporte que vos amaste desde los cinco años. No me voy a olvidar jamás, hermano, como te alentabamos en cada competencia, viéndote hacer lo que más te gustaba.
Ese policía, no solo te ocasionó la muerte a vos. Un mes después de tu asesinato, causó que Facundo, nuestro hermanito, se quitará la vida en tu habitación, con 13 años y miles de cosas que le quedaban por vivir. Nos destrozaron la vida en un segundo. Estén donde estén, Facu y Agus, solo quiero que descansen en paz. Su familia no va a parar hasta que se haga justicia. Los amamos y extrañamos cada día de nuestras vidas.
Agustín y Facundo, ¡presentes! ¡ahora y siempre! No queremos a ni un pibe más muerto a manos de un policía o del Estado represivo. Seguimos por ustedes, hermanos.
