El 21 de agosto de 2019 hacía dos semanas que no veía a mi hijo. Ya había hecho ocho denuncias en la Unidad Judicial n° 6 por su desaparición, pero nunca tuve respuestas; al ser un pibe de barrio no iban a mover patrullas ni a gastar plata del Estado para buscarlo. Me decían que “ya iba a aparecer”. Ese mismo día, decidí realizar la novena denuncia en la unidad judicial y eso fue un antes y un después, porque implicó que definitivamente se movieran para encontrar a Dibu.
*Por Isabel Torres, mamá de Darío Alejandro “Dibu” Torres.
El 24 de agosto, el cuerpo fue encontrado en la costanera del Río Suquía cerca del barrio Parque de la Vida. Lo hallaron con signos de ahorcamiento, sus manos atadas por detrás y en un estado de descomposición avanzada, lo cual hacía más difícil la tarea de reconocer quién era.
Cuando me entero de que encontraron a mi hijo, estaba en la unidad judicial. En un primer momento nos dijeron que no era él y fue entonces cuando me llamó un familiar porque estaban pasando la foto de Dibu por la tele y aseguraban con nombre y apellido que era de él el cuerpo que encontraron: «El joven asesinado en el Parque De La Vida era Darío Alejandro Torres», tituló un noticiero. Nosotros estábamos en la Unidad Judicial de homicidios, ¿por qué no nos dijeron? Me enteré de la peor manera de la muerte de mi hijo. Desde ese entonces, el fiscal Pedro Caballero y los medios de comunicación nos denigraron con crueldad. Somos pobres y carreros pero no somos malos padres, tratamos de hacer lo mejor con lo poco que tenemos.
Hoy no puedo decir si estamos bien o mal pero al menos seguimos por él, con fuerza y ganas de luchar por su memoria y justicia. La causa está avanzando lentamente, se encontraba en «secreto de sumario» hasta que me citaron a mi como querellante, días antes de la feria judicial. Nos brindan poca información, todavía no pueden dar explicaciones porque la causa está en plena etapa de investigación, aún no hay sospechosos. No sabemos nada y necesitamos que la misma Justicia a la que no le interesó buscar a mi hijo, esta vez no haga oídos sordos. Mi familia y yo necesitamos respuestas, y no vamos a parar hasta tenerlas, así como tampoco permitiremos que los avances en la investigación de la causa se den de forma lenta e imprecisa.
Con Dibu éramos muy apegados y unidos. Él tenía una familia, vecinas y vecinos, amigas y amigos que lo querían, y lo quieren aún, porque acá en el barrio nadie se olvidó de él. Queremos saber qué pasó y que la Justicia nos esclarezca quién le quitó la vida a mi hijo. Seguiremos adelante hasta saber la verdad, por Dibu y todos las y los jóvenes. Es importante que la gente nos acompañe esta lucha para que no haya otro Dibu, nunca más.
