En las esquinas de los barrios, en las calles de las ciudades, como las murgas y las comparsas, recurrimos al arte popular para criticar; con máscaras y sin caretas, con ruido y sin parlantes, llenamos los pasillos de color, latimos con el tambor y agitamos la estructura de la moral.
¡Nos importa un pomo! Vengan, muevan y canten:
Las villas son carnaval.