10 febrero, 2020
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El riesgo de vivir a orillas de una acequia

 

En el barrio La Rinconada, ubicado en Yerba Buena, vivimos alrededor de 300 familias y, una tercera parte, a orillas de una acequia que pone en riesgo nuestra salud. Hasta el momento, el Municipio no dio una respuesta clara para resolver el problema de fondo.

 

Desde que las vecinas y vecinos tenemos memoria, existe esta acequia que inició siendo un medio para el riego de las fincas y plantaciones. La misma que fue quedando en desuso, y hoy es un problema para el barrio.
“Llegamos al barrio hace aproximadamente treinta años. La zanja ya estaba, tiene muchos años más. Sólo una vez se realizó una limpieza con máquinas del Municipio, durante la gestión del intendente anterior. Pero no había alguien encargándose del planeamiento urbano, entonces el trabajador que manejaba la maquina se guiaba según lo que cada vecino le decía que hiciera. Actualmente la profundidad varía en las distintas zonas. En una reunión que tuvimos con el intendente Mariano Campero, él se comprometió a limpiarla y luego con un poco más de tiempo, entubarla”, cuenta Sandra Herrera, vecina de La Rinconada.

 

La salud de la vecindad está expuesta por la falta de limpieza y el estancamiento de agua; es un posible foco infeccioso para insectos transmisores de dengue y/o chikunguña. En épocas de tormentas, el cauce lleva con mucha fuerza una gran cantidad de agua poniendo en peligro la vida de quienes tenemos que cruzar desde nuestras casas hacia la calle por puentes precarios. Los riesgos son muchos y la cantidad de niñas y niños que viven en la zona no nos deja para nada tranquilos. Por eso, luego de las tormentas de enero, que inundaron varias de nuestras casas, decidimos organizarnos y limpiar con nuestras propias manos la acequia, pero solo llegamos a hacer una parte por la falta de materiales y herramientas.

 

“No podemos ni cruzar con nuestros hijos los puentes mal hechos o viejos, por la posibilidad de caernos. En épocas de lluvias la zanja crece y el agua entra a nuestras casas. Ya pasó una vez que el agua se llevó una casilla con la creciente. Por eso, cuando llueve, muchas personas salen de sus casas y se quedan paradas en la calle hasta que pasa la tormenta”, comenta Silvia Ordoñez, vecina del barrio.
Alarmados por las noticias de tormentas que se avecinan, resolvimos plantearle la situación una vez más al Municipio. A través de Marcela Heredia, encargada del área de acción social de la Secretaría de Políticas Sociales de Yerba Buena, quien nos dijo que lo iba a charlar con el intendente Campero para trabajar en conjunto con el barrio y evitar que siga siendo un problema para los vecinos. Seguimos a la espera de que así sea.

 

Una acequia en este estado es un peligro, pero más peligroso aún es cuando el Estado no actúa para solucionar una situación urgente como esta.

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