De corazón, celebramos la decisión de la ministra de Seguridad que resolvió pasar a disponibilidad a esos tres nobles servidores que verduguearon a los pibes en Bajo Flores. Por lo demás, más allá del suceso y el debido proceso, habrá que ponerse a pensar cuánto más seguros vamos a estar en manos de uniformados tan pero tan mal formados, porque quizá sea cierto que nuestro país esté inundado de cretinos, pero guarda con los gendarmes, que justito son argentinos. ¿Y se imaginan cuántas imágenes iguales guardarán los celulares de los policías provinciales? Si existe algo peor que una sociedad negada a su propia salvación, son las Fuerzas de Seguridad negadas a su propia Constitución. ¡Bienvenidas todas las medidas en favor de nuestra prosperidad! Ahora, si hay que confiar en alguien, confiemos en la comunidad.