Quiero mandarle un mensaje a todas aquellas mujeres luchadoras para que continúen este camino. Tenemos una gran capacidad de organización a la que debemos darle fuerza, también a nuestra capacidad de solidaridad, de sentimiento y de inteligencia porque somos humanos que tenemos mucha creatividad para combinar la felicidad y el sufrimiento. Luchamos para romper un sistema machista y exclusionista que nos subestima. Las mujeres, las disidencias ya no solo estamos solo en un plano social, sino que cada vez ocupamos más y más espacios.
Tratamos de hacer un impacto común para honrar los derechos que hemos conquistado a través de tantos años de lucha. Hemos peleado contra el racismo, el fascismo y el desprecio a las clases sociales. Es una realidad que mujeres de las bases tenemos una gran capacidad de sentir el dolor de otra persona debido a que lo vivimos en carne propia. Y si podemos apoyar alguna causa, lo hacemos sin dudar ni titubear. Siento un tremendo honor al saber que mi vida sea emblemática cuando se habla de pueblos indígenas; también cuando se habla de la participación, del valor, del autoestima y de la capacidad que tenemos las mujeres para ser lideresas. Afortunadamente, no soy la única, lo vemos con la experiencia del feminismo villero: somos muchas las que hemos puesto la cara, como se dice popularmente, pero las consecuencias que hemos pagado son caras. Sin embargo, seguiremos por toda la gente que nos necesita.