«Conocer el desarrollo de nuestros países, requiere inevitablemente preservar la memoria como un pilar indispensable. Quien pierde sus orígenes, pierde identidad. Y eso significa que debemos asumir esos episodios dramáticos de nuestra historia que puedan haber causado muerte, injusticia, privaciones de la libertad, miedo y pobreza, para poder así superar los traumas, curar las heridas y lograr una sociedad democráticamente sana».
Francesc Orella, «Merlí».