Hace justo 13 años, injustos 13 años, en el sur nació nuestro norte: un maestro de militancia, un compañero de verdad, un repositor de la dignidad. Con ese guardapolvo blanco y radiante que su lucha transformó en estandarte, Carlos estaba ahí, ahí donde se lo necesitaba: en el barro, en la ranchada, poniendo el corazón adelante de la razón, aprendiendo la química de la transformación. Recorriendo la conciencia del deber, la prepotencia del saber y la ciencia de gritar, nos supo enseñar un camino que día a día volvemos a transitar, conjugando los sueños de cada asamblea, para que el mañana sea diferente y nunca, ¡nunca indiferente!
Carlos Fuentealba,
PRESENTE.