Hoy, pero hace 18 años, Marita Verón fue secuestrada en San Miguel de Tucumán, la ciudad donde vivía. Hoy, como desde hace 18 años, Susana Trimarco, su mamá, la busca incansablemente, pese a todas esas veces que le soltaron la mano. Nunca la frenaron las amenazas, la complicidad policial o los reveses judiciales.
No queremos que ningún aislamiento nos separe de la realidad: las pibas no están perdidas, ¡están desaparecidas! Por eso acompañamos y reivindicamos, como siempre, la lucha de Susana. En cada barriada gritamos desde nuestras casas y te invitamos a recordar: por Marita, que hoy también debería estar en su hogar.