* Por Ricardo Gabriel Fredes, baleado por la Policía de Chubut.
Soy del barrio Inta, en Trelew, y sufrí en carne propia la violencia policial. El lunes cerca de la medianoche escuché una estampida de balas en la calle y me acerqué a la ventana para observar qué pasaba. Vi el portón de mi casa abierto, por eso salí. En el patio noté que se acercaba una Trafic blanca de la Policía de Chubut. Cuando quise cerrar el portón, uno de los efectivos se paró al lado mío y de la camioneta salió otro con una arma en las manos. Apenas pude levantar los brazos y decir: “Por favor, déjenme dormir”. Al instante recibí 10 balazos de goma en el cuerpo: en la boca, cerca del ojo, del oído, en el brazo y en el pecho. El perito de la Policía Federal que me revisó dijo que estoy vivo de suerte, porque si me hubiera impactado en el ojo, podría haber perdido la vista o la vida.
Mis vecinos llamaron a una ambulancia pero los oficiales la retuvieron durante 40 minutos para que no me asistiera. Hace unos días los policías subieron un video a las redes diciendo que “somos unos delincuentes”, pero se ve muy clarito que sólo salgo a cerrar el portón. Incluso estuvo Federico Massoni, ministro provincial de Seguridad, que cuando vio que me dispararon, lo que hizo fue subirse a su camioneta e irse del barrio.
Adrián Maderna, el intendente, no fue capaz de acercarse para solidarizarse. Mis hijos no pueden salir a comprar porque reciben amenazas de los efectivos que gritan: “Ya te vamos a agarrar a vos; ya vas a ver negro de mierda, te vamos a cagar a palos”. Ninguno da la cara ya que todos vienen encapuchados para que no se los reconozca. Esto no es algo que me pasó a mí y ya, lo padecen los vecinos sistemáticamente.
Los barrios Pensamiento, Moreira, Costanera y Maya, rodean al Inta y en ninguno nos sentimos seguros con la Policía de Chubut cerca: entran a los garrotazos y a los balazos, no les importa si hay menores. Gracias a la solidaridad de los organismos DDHH pude denunciar y asesorarme. Más allá de eso, seguiré gritando por justicia; no sólo por mí, sino por todos mis vecinos que también sufren el atropello policial.