26 agosto, 2020
, Electricidad

MANUAL DE INSTRUCCIONES PARA VIVIR SIN LUZ

 

* Por todas las barriadas del país, inspiradas en Julio Cortázar, a los 106 años de su nacimiento.

Sin dejar de lado los motivos, atengámonos a la manera incorrecta de sobrevivir sin luz, entendiendo por esto cortes intermitentes desde siempre, pero que no hiera lo que decimos ninguna susceptibilidad empresarial ni estatal, ¡jamás lo hizo! La falta de electricidad consiste en frío, en falta de agua porque las bombas no andan, en riesgo para las y los vecinos electrodependientes, en transformadores y cables incendiados; en una negligencia histórica, espasmódica, acompañada de bronca y cansancio de reclamar una y tantas veces energéticamente. Para que todo siga igual.

Para soportar cada palabra mencionada, viva usted en un barrio popular, tenga sólo oscuridad y si tiene dinero vaya al kiosco: compre una y tantas velas como sean necesarias. Tome el pabilo, enciéndalo con el fuego que tanto angustia, apoye bien para que su casita no se incendie como las demás y báñese con agua helada: una vez más. Si tienen bomba de agua, ¡qué mala suerte! No anda sin electricidad. Y si se atreve a estudiar, arremánguese para remar e ingeniárselas al cargar crédito, pescar alguna señal de internet hasta que se termine la batería o leer un libro en total oscuridad.
¡Sin luz, tampoco hay escolaridad!

Lectora, lector, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer sólo en su mundo, piense en un pedazo de carne pudriéndose en la heladera o leche cortada de algún merendero en los que casi nadie piensa, nunca. Llegado a la iluminación, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Nuestras hijas e hijos serán los suyos; nuestra oscuridad la adoptará y el abandono lo sentirá en su propia piel. Duración media del llanto: tres minutos.