2 agosto, 2020
, Silvia Martínez Cassina

“Me quieren afuera“

 

* Por Silvia Martínez Cassina, periodista de Canal 13 desplazada de la conducción del Noticiero Trece y delegada de SIpreBA.

 

En el 2016 me preguntaba «¿Qué he hecho para merecer esto?» al recibir el apriete más misógino de mi vida: el diario Clarín me amenazaba con una alusión a Juana de Arco y me recordaba que murió en la hoguera. Todavía no era delegada gremial. Cuatro años más tarde, ya integrante de la Comisión Interna de Prensa de SIpreBA en Canal 13, TN y Web de ARTEAR, soy apartada de la conducción del Noticiero Trece después de 23 años. Disculpen, ¿molesto?

 

Será que cada vez somos más quienes perdimos el miedo y nuestro espacio de representación sigue creciendo; que cuestionamos contenidos y nos alentamos con aplausos en la redacción para que nos escuchen porque #ElSueldoNoAlcanza. Disculpen, ¿molestamos?

 

Porque desacralizamos «La Nasa» -como gustan llamar los gerentes al Centro Multiplataforma de ARTEAR- desde que las trabajadoras del canal nos damos cita con los reclamos todos los #8M, 3 de junio por #NiUnaMenos y 25 de noviembre, Día de la No violencia contra las Mujeres. Perdón, será el Petitorio con más de 300 firmas, tal vez, donde exigimos equidad de género en el Canal, Protocolo contra la Violencia de Género, editora de género, lactario para facilitar la reinserción laboral de las trabajadoras en período de lactancia, cupo trans…

 

Será que mi grito refleja el hartazgo de tanto maltrato naturalizado, que sufren también mis compañeros periodistas, productores, editores, camarógrafos, asistentes, motos, y también jefes y jefas intermedios que derraman, a su vez, la violencia que reciben. Y enferman. Y se enferman. Será que desentono por mi voz crítica (no concibo el periodismo de otra manera) y mis repreguntas incomodan. Será que ningún mensaje aleccionador logrará que me autocensure. Porque no soy dócil, me quieren afuera. Me quieren sentada, a un costado. Calladita, mejor. Perdón, pero está en mi naturaleza, luchar por condiciones laborales justas y sanas. Por un periodismo que sea servicio de comunicación y no un negocio u operación política.

 

Disculpen las molestias.
Seguiré resistiendo.