“Me resulta muy violento el hecho de ‘ser invisible’, no importarle al otro. Recuerdo que cuando empezó la pandemia aislaron preventivamente a turistas que venían de Europa, pero no a quienes viven hacinados en las villas. Pienso en eso y tengo grabada la imagen de Ramona, que contrajo coronavirus por la falta de agua en la Villa 31. Es muy duro que ocurra algo así y es hasta agotador, porque el agua potable es un derecho humano básico. Es imposible no sentir bronca. Yo no sé cómo ustedes, las y los vecinos, sacan fuerza.
No sé de dónde. Y los admiro.
Desde mi lugar como artista siento el deber de ayudar y visibilizar el problema de la falta de agua en los barrios para difundir la campaña #ContagiáPotabilidad. Como se pueda, todos debemos colaborar en el día a día. Hay gente que entrega su vida a la solidaridad, al trabajo por el otro y eso debe ser muy agradecido. Tener una hija a mí me cambió el punto de vista sobre las realidades de nacer en diferentes lugares y no tener este tipo de servicios básicos en plena pandemia; aprendí que siempre lo fundamental es no mirar para otro lado”, Violeta Urtizberea, para La Garganta Poderosa.
