* Por Mónica Cunchila, madre de Iara Ruedas, asesinada en Palpalá, Jujuy.
El miércoles pasado, cerca de las 19 hs, Iara estaba en su casa por tomar el té con su papá. Al rato, le avisó contenta a su hermana que salía por un trabajo de la escuela y que compraría algo para comer a la vuelta. Se fue con su bici y su mochi; y no volvió más. A las dos horas de su desaparición hicimos la denuncia en la Brigada de Investigación de Palpalá, donde nos dijeron que saldrían a ver, pero no fue así; ayer, cinco días después, la encontraron asesinada en un terreno, entre los yuyos.
Cuando hicimos la denuncia a nivel local, advertí que un sereno que ese mismo miércoles recorría las calles, había escuchado a una chica gritando y corriendo mientras un auto la perseguía. La respuesta que tuve fue que le mandemos un mensaje para poder rastrear su celular cuando respondiera. Días después, el Comisario Gutiérrez, de delitos complejos, me dijo que por ser fin de semana se iba a demorar todo. Fueron horribles estos días de búsqueda: me la pasé sentada en la puerta de mi casa esperando que mi hija doblara en la esquina y pudiera verla llegar; mis otras hijas me hacían el relevo para que yo descansara. No paré de usar las redes sociales desde el primer día; pegamos afiches en estaciones de servicio e hicimos la denuncia a nivel nacional e internacional. No sabía qué podía pasar y queríamos encontrarla, ¿y ahora? Ahora tengo que enterrar a mi hija, ¿cómo puede ser que hayan esperado tanto para salir a buscarla? Iara era menor de edad, es imperdonable. Nadie del municipio ni de la comisaría se acercó a darme el pésame o decirme cómo seguir.
Mi hija era risueña, muy sensible, solidaria y trabajadora; nos iba a ayudar siempre a nuestro negocio. Tenía 16 años, estaba en cuarto año de la secundaria y soñaba con ser criminalista. No me quiero ni imaginar lo que le hicieron: quiero que encuentren a quien le hizo esto y que se haga justicia, también con todos los irresponsables del Estado que no se movieron rápido desconfiando de mi palabra. La Policía comenzó recién anteayer a buscarla por la presión popular. Yo estoy muy agradecida con toda la gente de Jujuy, me apoyó toda la comunidad. A muchos ni los conocía e incluso con 40 grados de calor salieron con sus botellitas de agua, los oficiales acompañaban, pero no se metían en medio de los yuyos.
Hoy estoy mitad muerta: perdí a mi hija, ¿cómo puedo estar? Mientras ayer estaba en Homicidios por la autopsia de Iara, la Policía reprimía en una marcha en donde se pedía justicia por ella y la aparición con vida de dos chicas que están desaparecidas desde el jueves: Gabriela Cruz de aquí mismo, Palpalá, y Violeta Avalos, de Cochinoca, ¿qué esperan las autoridades para actuar? Si no se mueven, puede haber otra Iara; no le falten el respeto a esas familias. La gente está enojada, las chicas sufren muchas violencias y nadie hace nada o te hacen callar la boca. ¡Pero ya no! Esto le puede pasar a cualquiera.
