18 septiembre, 2020
, DÓNDE ESTÁ DELIA

QUE NO SE APAGUE SU LUZ

DÓNDE ESTÁ DELIA

 

* Por Mario Polijo, papá de Delia, desaparecida en Córdoba desde el 18 de septiembre de 2018.

Este 18 de septiembre se cumplen 2 años de la desaparición de nuestra hija Delia. Es un gran dolor no saber qué pasó, no saber nada hasta ahora. Ese día, ella salió más temprano de su escuela, el IPEM 137 en la localidad de La Paz, Traslasierra de Córdoba, ya que los preceptores la liberaron antes. Como nosotros no sabíamos nada, fuimos a buscarla a las 18 hs, su horario de salida habitual. Y ya no estaba. En ese momento hicimos la denuncia en la Comisaría de La Paz y, junto con mi familia, vecinas y vecinos, salimos a buscarla sin dormir por cuatro o cinco días seguidos, pero nunca la encontramos.

La Paz es un pueblo chiquito, nos conocemos entre la gente, por lo cual nos parece muy raro que nadie sepa nada. Concretamente, el único señalado por la Justicia es un vecino nuestro, Mauro Martínez, quien se quitó la vida luego de que su pareja lo denunciara por golpearla y declarar que la iba a matar como lo hizo con Delia. La causa apunta contra Martínez pero pese a esto, no se descartan otras líneas de investigación: creemos que él no actuó sólo. Mientras tanto, la fiscal a cargo, Lucrecia Zambrana, sigue de cerca el caso fortaleciendo una serie de medidas como allanamientos y rastrillajes, para llegar a la verdad y darnos una respuesta.

Delia es una chica valiente, la mayor de nuestras hijas, y no queremos resignarnos a no tenerla acá. Estamos esperando que la pandemia termine para volver a marchar, como todos los 18 de cada mes, en la plaza principal. Hoy, pedimos que nos sigan apoyando, que nos ayuden a compartir su imagen, a que no se apague su luz. Nos da mucha desesperación no saber nada de ella; gracias a los afectos y localidades vecinas que nos apoyaron y nos siguen acompañando, no nos sentimos en soledad. Cada vez que la miramos en una fotografía, es un dolor muy grande para toda la familia, jamás vamos a olvidarla y la esperanza de encontrarla aún nos sostiene: seguiremos adelante y no vamos a bajar los brazos hasta saber qué pasó con nuestra Delia.