Su lucha mostró en primer plano, ante las cámaras de todos los medios, la desidia estatal: la urbanización que vendieron no era tal. Expuso a los responsables y reveló las consecuencias de semejante abandono del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. A 5 meses de su partida, Ramona sigue iluminando cada vez a más compañeras que, motivadas por su grito, enfocan su militancia hacia la construcción de redes de contención y de cuidados. En cada una de nosotras, su voz está presente, ahora y siempre.
“En mi adolescencia en Tucumán hice prácticas de enfermería, ¡aprendí todo lo que hacemos hoy en las postas de salud!”, Ramona.
“Guadalupe es una nena discapacitada que tiene muchos derechos que se los da la ley, pero cuando le niegan lo que le corresponde, eso se vulnera y también me faltan el respeto a mí como madre”, Ramona.
“Hace cuatro días estamos sin agua en el barrio, aún con trece casos confirmados de coronavirus. ¿Cómo pretenden que cumplamos todas las medidas de prevención e higiene? Así no se puede vivir”, Ramona.
“Me gusta la meta que proponemos en La Poderosa: ser cada vez más vecinos peleando por lo mismo, acompañándose cada vez más, aunque parezca difícil”, Ramona.
“Mi mamá trabajaba como empleada doméstica y en casa, como ahora tengo acá, teníamos el negocio de cosas dulces y saladas, que lo atendía mi abuela”, Ramona.