* Por Luciana, hermana de Mariana Lastra, vecina de la Villa 21-24 desaparecida desde septiembre.
Es desesperante no encontrarla, ¡es desesperante! Como familia estamos haciendo hasta lo imposible para volverla a ver porque la extrañamos. Me comuniqué con Mariana por las redes sociales el 4 de septiembre, esa fue la última vez. Al día siguiente se la vio por el barrio con un jean negro y una campera de cuero… Desde entonces sólo hay tristeza: no sabemos nada más.
Mi hermana tiene 29 años y dos hermosos hijos de 10 y 6 añitos que la están esperando. Ella es muy familiera, muy atenta y activa. Colabora con todo, es una muy buena mamá. Pero acá estamos, con el corazón en la mano. Ya radicamos la denuncia por su desaparición en la Comisaría N°30 y pasó a manos de la Fiscalía N°39; también la hicimos en la Línea 145 de “Asistencia y Denuncia por trata de personas”. Aun así, todavía no tenemos noticias: sólo nos dijeron que nos iban a dar novedades por su paradero y al momento no hay avances en la búsqueda.
Se suele ver estos casos, en general, desde afuera, pero cuando le pasa a una, recién ahí cae, porque choca mucho más. Mi hermana siempre estuvo para todas, ahora sólo hay un vacío enorme en casa, es inexplicable. Mariana es muy coqueta, se pinta, se viste bien y casi siempre tiene el pelo mojado. Es muy compañera y tenemos miles de anécdotas porque jamás nos separamos. La tengo presente porque es más fuerte que yo. Estuvo en mi parto y me enseñó lo que era la valentía. Sonrío al recordar aquella vez cuando yo pujaba y pujaba… ¡Hasta que se rompió la camilla! Ella, entre risas, se encargó de contárselo a todo el mundo. Por estas cosas la necesito, Mariana tiene que estar con su familia.
Sé que no estoy sola en este pedido porque también vecinas y vecinos de la Villa 21-24 y Zavaleta se movilizaron para exigir su aparición. Eso me da más fe, juntas podremos encontrarla. Realmente necesitamos que cada autoridad competente se ponga en nuestro lugar, el de las mujeres de los barrios, que sienta nuestra angustia y nuestra preocupación de no saber dónde está Mariana. ¡Pedimos un poco de empatía! Esto no es sólo por mí, no es únicamente por nosotras, sino por todas las mujeres que hoy están desaparecidas. El barrio necesita la lucha feminista porque estamos desprotegidas. Hoy quiero tenerla cerca, siento que desde lejos no puedo defenderla. ¿Dónde está? La tenemos que encontrar, no nos tiene que faltar ni una piba más.