24 diciembre, 2020
, Osvaldo Bayer

¡SALÚ, OSVALDO!

Osvaldo Bayer

¡Ay, Osvaldo! Nuestro viejito de barba blanca sin traje rojo, redactor de los más crueles sacrificios «civilizatorios», te recordamos a dos años de tu eternidad: “El germen de toda violencia es, siempre, la desigualdad”. Bayer, escritor de nuestras costillas y de todas las historias silenciadas: «Vi la villa miseria integrada por los tobas chaqueños. Son todos de las tierras de sus ancestros. Nuestra civilización los echó a patadas». ¿Cómo no soñarte hoy? Entre las noches rebeldes estrelladas de la sangrante América Latina: «Hay que luchar por los derechos de nuestros pueblos, que son el paradigma de la resistencia histórica argentina». Si supieras, que 7 de cada 10 infancias están por debajo de la línea del empobrecimiento en este sistema maligno: «La pobreza, el sufrimiento de los niños… un pueblo que lo permite, no es digno».
¡Ay, Osvaldo! Nuestro viejito de barba blanca sin traje rojo. Todavía gritamos, todavía reímos, desde «El Tugurio» que te supo abrigar hasta los pasillos de los descartados: «Reivindicar a los de abajo, a los que en todas las épocas salieron a la calle a dar sus gritos de protesta y fueron masacrados». Hoy, en el corazón de nuestros corazones, querido compañero, nos sale darte las gracias: «Sostengo que mientras haya miseria, no hay democracias”.