15 enero, 2021
, URBANIZACIÓN YA

CADA TORMENTA, OTRO TORMENTO

Miren bien, miren bien el agua marrón que llueve y se parece a la que sale de algunas canillas. Huele a inundación y sabe a abandono en las villas, porque esos 50 milímetros que cayeron en una hora en la ciudad de Rosario parecen que son muchos más cuando debemos sacarlos de nuestras casas con baldes que no dan abasto. Ya dijimos qué necesitábamos, pero la única respuesta que tuvimos desde Defensa Civil fue que “podían solucionarlo posterior a la lluvia y que ahora no se puede hacer nada”, como si no tuviéramos agua en cada rincón, como si no lo hubiéramos gritado antes. Mientras tanto, se acumuló en los hogares, las calles y los zanjones que no drenan como deberían por la falta de limpieza municipal. Así lo vive Celeste Gaitán, vecina del Barrio La Cariñosa, en el sudoeste rosarino, a quien se le inundó el patio con las primeras gotas: “Desde la asamblea de La Poderosa llamamos a Defensa Civil para que viniera a sacar el agua porque no tenemos forma de salir; no es la primera vez que pasa, es reiterativo con cada lluvia porque siempre se inunda todo. En ocasiones anteriores hemos tenido pérdidas materiales muy costosas».

Acá padecemos todo lo que el agua se llevó y también lo que nos trae, porque la mugre acumulada en las zanjas empieza a desbordar para mudarse a las puertas de nuestras casas. Olas y olas interminables de desechos llegan a nuestros barrios mientras que el director del Centro Municipal de Distrito Sudoeste sólo nos responde que llamemos a Defensa Civil. Las respuestas no nos llegan y si lo hacen, siempre es tarde. En el noroeste rosarino, en el barrio Los Pumitas, los reclamos por el zanjeo ya fueron realizados al distrito correspondiente y no hubo respuesta; Georgina Mansilla cuenta cómo sufrimos cada tormenta: “El agua no tiene dónde desembocar y al tener tapadas las zanjas, algunas casas quedan a un nivel más bajo que la calle y todo va hacia ahí, provocando las inundaciones y también las pérdidas materiales; si se te moja un colchón, la frazada o algún mueble, no podés recuperar nada porque se llenan de moho”.

Los pronósticos dicen que seguirá la lluvia hasta el sábado y, por ende, las inundaciones se agravarán, al igual que el silencio de la Secretaría de Desarrollo Humano y Hábitat, que en otras oportunidades contestó escasa y tardíamente, como cuenta Georgina: “La respuesta de la Municipalidad es muy escueta o poco resolutiva, porque entregaban nylon para un tercio de las familias que debían arreglar su techo. Para evitar que se repita, un parche útil sería que hagan un buen zanjado, aunque la solución definitiva es la urbanización».

 

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