27 enero, 2021
, Falta de agua

EL VERANO LLEGA CON ALERTA DE FUEGO

 

El verano arde, en las quemaduras solares y en los incendios que año a año debemos combatir para sobrevivir. Ya en Navidad tuvimos que correr apagando los incendios que se provocan en las sierras y que llegaron hasta Villa Cordobita, en la ciudad de Tandil. El 12 de noviembre nuestro Centro Cultural “El Cole” cumplió tres años de existencia y de lucha, pero todo eso podría haberse extinguido el 21 de enero pasado, de no ser por la fuerza vecinal que evitó el incendio. Esa tarde, mientras las temperaturas subían y el fuego crecía, lo único que nos inundaba era la impotencia, sin ni una gota de agua para apagar las llamas ya que siempre, siempre, siempre, se nos corta en el barrio. Lorena Calvo, vecina del barrio hace 20 años, relata cómo pasa cada enero combatiendo el fuego: “El incendio afectó los fondos de las casas e impacta no sólo visualmente sino también en la vida del cerro detrás del Monte Calvario, porque los animales, las víboras y los insectos terminan yendo hasta el barrio y es peligroso para la gente. Ya no sabemos qué hacer; todos los años es la misma situación y cada vez se acerca más al barrio”.
Soportando el humo y la falta de agua, cada vecina y cada vecino debió inventar formas para controlar el incendio que se provocó a las 11 de la mañana del 21 de este enero. Humedeciendo trapos y ropa vieja, buscando baldes con el agua sucia que tenían a mano, sacando hasta la ultimísima gota de la canilla, trataron de contener el fuego que arrasó con toda la flora en su camino, llegando hasta la espalda de las pequeñas casas del barrio y consumiendo la mitad de la huerta que tenemos detrás de “El Cole”. El 23 de diciembre, Lorena Bonadeo vio a sus vecinos y vecinos usar los pocos baldes de agua que tenían para controlar el fuego y que no llegue hasta la puerta de sus casas: “Las llamas cada vez estaban más cerca del barrio y entre vecinas empezamos a buscar los pocos suministros que teníamos para contenerlo mínimamente; así que fuimos sacando de una pileta que, por suerte, habíamos logrado cargar con mucho esfuerzo. Había gente de barrios cercanos que llegaba para colaborar con botellones. Fue un momento de mucha angustia y preocupación el que vivimos”.
Son puras pesadillas las que se viven en verano, porque no podés hidratarte ni bañarte para bajar el calor. Mientras más arriba del cerro vivas, menos gotas podés juntar. Así lo demostró nuestro Observatorio Villero: el 42% de las familias padece la baja presión y hay 30 familias del barrio que tienen cortes permanentemente. Donde se juntan las dos conexiones realizadas es el lugar en el que peor llega el agua, justo donde está «El Cole». Producto de la lucha de la asamblea, desde la Dirección de Obras Sanitarias realizaron una conexión precaria con una manguera de 1 pulgada desde la red al Centro Cultural; aún con la “nueva obra” los cortes volvieron con las altas temperaturas de esta semana. Eva Zulema Mango vive desde hace 12 años en el barrio: “El momento que viví el 21 de enero fue desesperante. Cuando ves que se te viene encima el fuego y no tenés cómo evitarlo el miedo es permanente. En esta misma fecha pero en 2015, yo estaba embarazada y las llamas iniciadas en el barrio vecino pasaron del cerro hasta el barrio y se quemó todo lo que estaba a nuestro alrededor. Entonces, siempre está el temor de que se nos quemen nuestras casas o de que se repita esta misma situación”.
Cada verano es la misma odisea:
sentimos el calor del fuego en el barrio y no recibimos ninguna solución.