4 enero, 2021
, Bomberos Voluntarios

EN LA LÍNEA DE FUEGO

Bomberos Nueva Pompeya y Barracas Sur

Los ojos negros y chiquitos de Irma Jara o «La Pocha», como prefiere que la llamen, demuestran una bravura que contagia fuerza. Es acompañada por una voz definida que arrastra los muchos gritos que lleva encima desde los años ’70, cuando conoció al Padre Daniel de la Sierra en su barrio, la Villa 21-24. Estábamos a la vera del Riachuelo con nuestra vecina para hablar de un proyecto que preside: un grupo de bomberos villeros que apaga los incendios que se ocasionan por negligencias del Estado.

La Asociación Civil Bomberos Voluntarios Nueva Pompeya y Barracas Sur se levanta sobre la Avenida Iriarte 3520. La idea brotó en agosto de 2016 y para el siguiente 17 de octubre ya flameaba la bandera argentina en el primer cuartel de bomberos villeros del país. Cuando entramos a la oficina del vicepresidente de la Asociación, Carmelo González, nos dijo emocionado: “Mucho de lo que ven lo tenemos gracias a que pusimos dinero de nuestros bolsillos y la autogestión. Para nuestro primer camión, una vecina puso 100 mil pesos que tenía ahorrados para los quince de su hija”. Así llevan cuatro años de lucha, entre polladas, rifas y choripaneadas para solventar todos los gastos.

“El foco de fuego fundamental de las villas es el pésimo tendido eléctrico, sumado a las precarias viviendas. También el uso de velas, por no tener luz, ocasiona daños o los braseros en invierno”, relata Carmelo sobre el trabajo que desempeñan en el barrio. Tal como él cuenta, no se trata solo de fuego, «también es un espacio de contención para el barrio. Asistimos a muchos casos de escape de garrafas, chicos en situación de calle que debemos socorrer o personas con problemas de movilidad”. Además, han sido actores fundamentales en esta pandemia repartiendo agua en los pasillos y participando de los reclamos comunitarios de nuestro territorio que sangró de silencio en los momentos más álgidos del coronavirus.

Sin ayuda del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para terminar de construir su espacio, y en plena campaña “Un ladrillo para tu cuartel”, Carmelo cierra: “La Dirección Nacional de Bomberos prometió que nos otorgará nuestro primer subsidio en este 2021, veremos si cumplen. Peleamos mucho para que el GCBA nos diera este año 96 mil pesos, es una vergüenza, son 8 mil pesos mensuales”. La Pocha coincide en el «orgullo» de ser bombera de la villa, aunque reconoce que «falta mucho, es necesario que el gobierno nos apoye».