26 enero, 2021
, Tucumán

LA VIOLENCIA OBSTÉTRICA ES TORTURA

* Por Julio, papá de Yamila, víctima de violencia obstétrica y negligencia en la Maternidad de Tucumán.

Yamila tiene 23 años y la semana pasada perdió a su bebé de 8 meses de gestación. El miércoles de la semana pasada fuimos a la guardia de la Maternidad de Tucumán porque sentía la panza dura. Desde que entró se le hicieron diversos controles que indicaban que su beba estaba con signos vitales, pero a partir del jueves a las 19 horas no recibió más atención. Ella pidió controles porque no sentía movimiento, pero recién a las 8 de la mañana del viernes se le hizo una ecografía, en la que se constató que la bebé había fallecido. Durante ese lapso de 13 horas no se hizo nada: no hubo un control estricto y exacto de la situación ni de la salud de mi hija ni de la de la beba. Después de recibir la noticia, la tuvieron más de 10 horas esperando para realizarle una cesárea, lo que puso en riesgo su integridad física y psicológica.

Según los médicos había que inducir un parto natural; ella, en estado de shock, internada y con su beba fallecida en el vientre, priorizó la información que le dieron los profesionales. Pero como no aguantaba más los dolores, pidió una cesárea y le dijeron que tenía que esperar porque ya le habían dado una medicación para inducir el parto. Transcurrió 13 horas con el cuerpo hinchado, inflamado y aguantando el dolor, ella fue intervenida recién cerca de las 22 horas.

Hicimos una denuncia por negligencia, violencia obstétrica y abandono de persona, porque le negaron la cesárea durante tantas horas, no le dieron contención de ningún tipo y ni siquiera pudieron especificar a qué hora murió su bebé. El jefe de guardia salió a la entrada del edificio, donde estaba yo, porque me habían cortado la entrada al lugar y en vez de darme información, disipar las dudas y contarme cuál era el estado de Yamila, se dedicó a dar una nota para un medio de comunicación. Además, la Directora de la Maternidad incumplió el acuerdo que habíamos hecho para que durante la autopsia de mi nieta estuviera presente el médico de parto de mi hija. Por eso también exigimos que se haga una nueva.

A Yamila le dieron el alta el domingo a las 11 de la mañana porque les molestaba la prensa afuera, se vieron expuestos y quisieron sacársela de encima. Por supuesto, lo hicieron sin comprometerse al seguimiento de su salud. Fue un conjunto de situaciones que derivaron en la agonía de mi hija, que hoy no recibe ningún tipo de contención y continúa en estado de shock sin poder hablar. La beba llegó con vida y la tuvimos que retirar en un cajón. Por eso, no nos vamos a quedar callados, esto no le puede pasar a nadie más.

No puede haber otras Yamilas,
pero para ella y su bebé ya no hay vuelta atrás.