4 marzo, 2021
, Chubut

LA MEGAMINERÍA COMO FILOSOFÍA DE MUERTE

megaminería

Cambian los nombres de las grandes multinacionales, cambian los lugares que amenazan explotar, pero el pueblo persiste en la lucha. Oímos en todo el país el temblor de una provincia que resiste; en las rutas, en las leyes y en las pancartas: ¡No a la megaminería! Hoy, dentro de la Legislatura chubutense, se intentó tratar el proyecto de ley “Desarrollo Industrial Minero Metalífero Sustentable en la provincia de Chubut” después de obtener la aprobación por seis votos en la comisión de Recursos Naturales de la Legislatura. Pero el pueblo no dio ni un paso atrás. La comunidad que ya había rechazado esta explotación, volvió a decirle que no a un sistema carroñero y se suspendió la sesión.

Marta Sahores, una de las fundadoras del colectivo “No a la Mina Esquel” grita por la verdad: “Sabemos los efectos que la megaminería tiene, vemos en otros lugares cómo dejaron contaminación y muerte. En el 2015, en Jachal, San Juan, la empresa Barrick Gold derramó cianuro impunemente. El pueblo se enteró por sus familiares que trabajaban en la empresa”.

La explotación minera se sostiene con mentiras. Mariano Arcioni, gobernador de Chubut, nos llenó de promesas, pero ahora aplaude a empresas internacionales que hacen lobby para derrotarnos; como «Pan American Silver» que camina como un fantasma chorreando muerte porque no sólo busca dinero, sino que viene por los recursos de Argentina, dejando expuestas las venas abiertas de nuestra América Latina. Así lo padecen las comunidades originarias y lo describe la abogada Silvia de los Santos: “La megaminería utiliza millones de litros de agua por día y a su vez la contamina porque deja diques de cola, que es donde se depositan los residuos tóxicos que afectan principalmente a las comunidades mapuche y tehuelche”.

Tenemos un monstruo delante, que arrasa, que extrae y no incentiva verdaderamente al sistema económico, como bien lo describe el abogado ambientalista Enrique Viale: “Bajo el eufemismo de ‘zonificación minera’ quieren modificar la ley que prohíbe el uso de sustancias tóxicas en algunas zonas donde están los emprendimientos. Es importante entender que no hay país ni región del mundo que haya logrado un desarrollo o un bienestar social y económico apelando a la explotación de la naturaleza. En nuestro país, los mapas de la pobreza coinciden con los de la degradación y el saqueo ambiental”. Esto sucedió en San Juan con la mina de Veladero explotada por Barrick Gold; o en Catamarca, que tiene instalada a La Lumbrera hace ya 20 años, son algunos ejemplos que Enrique señala: “Deberían estar inundados de riqueza, pero siguen siendo de las provincias más pobres o con peores índices socioeconómicos de Argentina”.

Como bien lo grita nuestra propia historia, al pueblo no le da igual, no queremos este salvaje extractivismo. Este modelo, enterito, es la fiel imagen del imperialismo.