Desde la cultura mexicana y sus raíces chilenas, atravesó las fronteras un canto de mil tonos y colores. La garganta poderosa de Mon Laferte llegó con melodía firme para acompañar la lucha feminista, esa que cambió el curso de la historia atroz: «El derecho a trabajar o votar ahora son muy comunes, pero es gracias a que existieron mujeres levantando la voz». Ningún pueblo debería estar dormido ni oprimido ante la desigualdad y Mon grita con su fuerza latinoamericana y con su característico fervor: «Es totalmente necesario hacer todo el ruido posible para que nuestras hijas y nietas tengan un futuro mejor». Este 8M se notó que las mujeres volvimos a parar el mundo, en una lucha colectiva: “Todos los feminismos son muy necesarios, porque cada quien libra una batalla desde su perspectiva”. Ella habla desde sus experiencias y sus dolencias, porque siente en su piel las marcas de tantas injusticias, pero no hay mejor cura que salir a luchar: «Yo también estuve en un círculo de violencia y no me animé a denunciar». Basta, basta, ¡BASTA! Ya no más, porque el silencio jamás será una opción ante tantas agresiones; por eso nos habla directo, mirándonos a los ojos, para que ninguna se sienta sola frente al patriarcado cobarde: «Amiga, de verdad, a la mierda con todo eso y busca ayuda antes de que sea tarde».