27 abril, 2021
, Rosario

¿ESTÁN DADAS LAS CONDICIONES?

Escuelas Rosario - Infraestructura - (1)

Una problemática late fuerte en toda la ciudad de Rosario, y se agudiza dentro de cada escuela que está por caerse a pedazos o no tiene los servicios básicos. La deficiente infraestructura escolar amenaza cada jornada estudiantil, pone en juego la salud de las y los pibes que se ven obligados a asistir en estas condiciones. Faltan escuelas, faltan aulas, faltan obras de refacción, falta luz, falta agua y falta ventilación para poder sostener los protocolos adecuados. Falta, mucho.

Las medidas de cuidados en cada institución deberían protegernos de los contagios, pero si no se pueden cumplir, no brindan seguridad, porque de los 207 establecimientos educativos, ya hay 123 que tienen docentes aislados y que mantienen las burbujas funcionando, ¡en vez de estar aislados por contacto estrecho! En la Escuela N° 251 de Los Pumitas, mantienen bajo el mismo tinglado a 6 de las 19 burbujas y varias aulas no cuentan con luz. Docentes de esa institución siguen denunciando todas las problemáticas que sufren, como Silvana Núñez: “Acá padecemos la falta de electricidad, lo cual afecta directamente al suministro de agua porque deja de funcionar la bomba. No sólo eso, sino que desde 2019 estamos reclamando que en los baños no funcionan adecuadamente los desagües y todavía no arreglaron. Para los 517 alumnos había únicamente dos baños que hoy están clausurados. Ahora deben usar el nuestro, el de docentes”.

Las condiciones edilicias son desastrosas. El año pasado, el gobierno de la provincia destinó más de 82 millones de pesos para el Ministerio de Educación, que aún no se ve reflejado en las escuelas. Como si no bastara, falta terminar de aplicar todas las vacunas a la comunidad educativa: ¡hay 1800 docentes interinos y reemplazantes sin recibir ninguna dosis! En la Escuela N° 518 siguen luchando contra la dificultad de mantener las medidas de prevención, una realidad relatada por Julieta Ferreyra, docente de esta institución: “Tenemos cursos con más de 60 pibes. ¿Cómo mantenemos las burbujas y la higiene para los 56 cursos? Le pedimos al Ministerio de Educación que construya dos salones; un pedido que no es de ahora, es de junio del año pasado, pero no hay una decisión política para hacerlo. Entonces, el patio se convirtió en dos salones, divididos entre sí con trapos”.

La presencialidad resulta riesgosa sabiendo que los contagios crecen constantemente y que en el sector público de Rosario la ocupación de camas generales llega al 89% y las camas críticas al 92%. Silvana intenta responder a este dilema: “La necesidad de la asistencia física a clases está, no hay discusión en esos términos, pero no puede ser ‘a toda costa’. Hay que garantizar un piso mínimo, acondicionando la escuela para que cada curso pueda funcionar como una burbuja y haya espacio suficiente para generar el distanciamiento que requiere”.

La falta de infraestructura es una realidad,
y así es un peligro la presencialidad.