23 abril, 2021
, Educación

LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS EN LAS VILLAS SON LAS MÁS GOLPEADAS

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* Por Daniel Ferro, docente de la Escuela Nº 10 D.E.5 de Zavaleta.

Nadie se tiene que extrañar que ya sea la quinta jornada de paro en las escuelas públicas y privadas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Nos vimos obligados a hacerlo debido al abandono que hay hacia la comunidad educativa por parte del Jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta, la ministra de Educación Soledad Acuña, y el ministro de Salud Fernán Quirós. Que las clases no sean presenciales, no significa que no se estén brindando, porque durante todo el año pasado las y los docentes continuamos trabajando con los pocos recursos que disponíamos. A partir de este paro, el salario precario con el que contábamos se ve reducido en un 10% de presentismo, además del descuento por el día de paro, lo que suele equivaler a 6000 u 8000 pesos menos a fin de mes. Tan grave es esta situación, que lleva a muchos docentes a preparar fondos de mercadería para poder compartir cuando impacte este recorte en el salario.

Mientras tanto, el escenario sigue igual: las escuelas de la Ciudad no están en condiciones para continuar con la presencialidad. El escenario que propone Larreta es uno donde él es protagonista y, lamentablemente, estamos viviendo una obra trágica. Si seguimos de esta manera, nos arriesgamos a que haya más muertes y aumenten los casos de Covid. Ante este panorama, las instituciones educativas en las villas son las más golpeadas porque sufren aún más el abandono y el destrato por parte de la gestión porteña.

Se debe tener en cuenta que las y los niños en los barrios populares conviven en casas pequeñas con muchas personas. Entonces, al no tener la posibilidad de ventilar los espacios comunes ni de mantener el distanciamiento social, es más difícil cuidarse. Todo esto genera que nuestras propuestas desde la escuelas sean muy distantes a lo que realmente ocurre en la vida diaria de las villas. No hay apoyo estatal que contemple esta problemática para mejorar las condiciones edilicias siquiera. Las escuelas conviven con problemas de infraestructura que imposibilitan la presencialidad, sin mencionar que durante todo el 2020 fueron mínimas las obras de refacción que realizaron en los edificios para adecuarlos. Nada de esto sucedió. Basta con acercarse a estas escuelas y verán cómo se caen a pedazos, junto con el discurso de la gestión de la Ciudad.

Son incontables las falencias que hubo durante el ciclo lectivo pasado, porque las y los estudiantes en las villas no tienen conectividad; los proyectos que se presentaron no fueron escuchados, no se solucionó el acceso libre a wi-fi y se vaciaron los programas que brindaban dispositivos móviles. Entonces, ¿cómo hace una familia de tres niños y un solo celular? Es más que claro que la comunidad educativa puso el cuerpo y todo su esfuerzo para que las clases a distancia funcionaran lo mejor posible, adaptando el contenido educativo; falta la presencialidad del Estado.