10 mayo, 2021
, Catamarca

“CUANDO HABLAMOS DE LOS ABUSOS, NOS TIENEN QUE CREER“

* Por Agustina Moreno, sobreviviente de abuso sexual por parte de un sacerdote de Catamarca.

Después de muchos años, puedo dormir tranquila y tengo muchas ganas de seguir viviendo. Luego de que se diera el veredicto el viernes 30 de abril, donde condenaron a 12 años de prisión al sacerdote Juan de Dios Gutiérrez, ya no tengo pesadillas constantes ni miedo. Ahora quiero estar mejor para ayudar a todas las otras víctimas de abusos; sé que es un camino muy duro, pero debemos denunciar estos casos para obtener justicia. No fue nada fácil todo el proceso judicial, porque me invadió muchísimo la ansiedad y el terror. Hace seis años fue la última vez que hablé sobre el abuso, todo este tiempo hice un esfuerzo muy grande para no recordarlo y fue un mecanismo de defensa para poder sobrevivir. Lo hice sabiendo que llegaría algún día el juicio y debería recordar cada detalle.

Desde muy chiquita me gusta dibujar, pero después del abuso, el arte pasó a tener otro significado en mi vida porque me ayudó a comunicar lo que sentía: pude graficar y dibujar lo que me había pasado. Las sobrevivientes necesitamos expresar lo que nos hicieron y yo no podía hacerlo con palabras, pero me salió a través del arte. Y el 14 de abril, cuando empezó el proceso, fue como volver al momento en que me abusaron, volver a tener 15 años. Sin embargo, esta vez no estuve sola: estuvieron mis compañeras, mis profesoras, mi abogado y mi psicólogo. La justicia no fue sólo para mí, sino para todas las demás que sufrieron abuso alguna vez, es muy significativo para toda la sociedad. Todo este tiempo soñaba con escuchar a los jueces catamarqueños declarar culpable a Juan de Dios Gutiérrez.

Hoy agradezco que a ningún juez le haya temblado la voz al votar unánimemente la condena de mi abusador; ojalá esto sea un impulso para otras causas. No se imaginan lo que fue para mí escuchar la condena. Lo primero que hice fue abrazar a mi abogada, porque hemos luchado para llegar a esto. Ella se convirtió en parte de mi familia, estuvo conmigo cuando tuve crisis, incluso cuando intenté suicidarme.

Como sociedad debemos cambiar muchas cosas desde la raíz. A las que sufrimos abuso muchas veces no nos creen, nos juzgan, nos señalan, a tal punto de que no queramos seguir con todo el proceso judicial o que duden de nuestra denuncia. Por eso, pienso que debemos tomar conciencia y ser más empáticos, para que ninguna víctima se calle por miedo o culpa. Tenemos que hablar sobre los abusos. No debemos callarnos, no se tiene que evitar el tema ni pensar “no hablemos porque es muy doloroso”. Todo lo contrario, nosotras necesitamos ser escuchadas y hablar, porque es muy sanador. Hoy me siento fuerte después de tanto calvario; soy una sobreviviente que está para ayudar a otras que sufren el mismo dolor.