27 mayo, 2021
, Escuela

¿EL GOBIERNO MENDOCINO? ¡AUSENTE!

EDUCACIÓN MENDOZA

Con la situación sanitaria en todo el país, tal vez sea hora de discutir las problemáticas que se arrastran desde mucho antes que llegara la pandemia. Hoy exigimos a Rodolfo Suárez, que sigue trabajando desde la comodidad de la Casa de Gobierno mendocino, y a la Dirección General de Escuelas provincial, con José Thomas al frente, que miren las escuelas de una vez, ya que las clases empezaron en febrero y nunca se hicieron presentes ni asistieron a la comunidad educativa para que sostenga la virtualidad.

En Mendoza no se arreglaron paritarias durante la pandemia: en 2020 no se abrieron y en 2021 no se llegaba a un acuerdo, entonces el gobierno decretó un aumento sin el consenso docente, fijando un bono de 54 mil pesos a pagar en 8 partes y un aumento del 20% en tres tramos. A Natalia Secondino, maestra de grado de la Escuela Hortensio Ojeda del Barrio Constitución, el sueldo le resulta engañoso: “El salario docente es bastante conflictivo, no sólo por el monto, sino también por los ítems informales que tenemos y porque es bastante extorsivo; cobramos un ítem llamado ‘aula’ que representa entre cuatro y cinco mil pesos, pero nuestro sueldo básico es de 27 mil y perdemos mucha plata si nos descuentan por no estar en la escuela”.

En San Rafael, por ejemplo, nos enfrentamos al peligro de la infraestructura de algunas escuelas, donde incluso hay baños sin depósito, y donde faltan el agua caliente y el gas. ¿Así pretenden que sobrevivamos al frío y mantengamos la higiene? ¡Es imposible! Lo era también antes de que llegara el coronavirus, sólo que ahora es más evidente el riesgo. Ojo, igual no es lo único que nos preocupa: la terrible desigualdad en una provincia precordillerana se ve cuando las y los pibes llegan al aula sin medias, con zapatillas desgastadas o sin abrigo, sabiendo que cursarán sin calefacción. Como si no fuera suficiente, la asistencia alimentaria deja mucho que desear, debido a que los bolsones alimentarios «familiares» apenas contienen un litro de aceite, medio kilo de arroz y medio de fideos, un puré de tomates, una lata de jardinera, una polenta y una harina, ¡para todo un mes y sin gas! Contra todas las dificultades, Natalia intenta resumir cómo deberían ejecutar soluciones: “En las pocas semanas de clases presenciales, tuvimos que poner nosotros el dinero para comprar los insumos de higiene que debe mandar el Estado. Escasas veces nos mandan alcohol, jabón y lavandina, pero siempre usamos muy escuetamente para que sobre un poco por si se demoran en mandarnos recursos, si es que lo hacen”.