Son las seis y media de la tarde en Santa Fe; el sol ya se escondió. Es invierno, los días son más cortos y las noches más frías. Sabés que en media hora no vas a ver nada y no la vas a pasar bien: la falta de luz se hace sentir y las temperaturas bajísimas no te dejan dormir. Mientras tanto, en la Empresa Provincial de Energía (EPE) bajan la persiana, apagan la luz y se van.
Cerquita de la capital provincial, en Santo Tomé, ya nos acostumbramos a la oscuridad que nos condenan: “Los vecinos compartimos la luz entre nosotros, pero los cables no llegan a todos lados, por eso muchos usan velas”, cuenta Alexis, cocinero del comedor comunitario del barrio Costa Azul. “Y a veces estamos hasta dos semanas sin luz” .
Ya anochece en el barrio Camino Muerto de Baigorria, y Verónica Requena sabe que se avecina el momento más difícil del día: “Las conexiones son precarias y alumbrado público no hay. Los vecinos ponen lámparas en la vereda para que haya un poco de luz. Hemos hecho reclamos, pero no nos dan soluciones”. Si la EPE nos patea las respuestas, ¿cómo no van a dar patadas los cableados? “Mi nieto sufrió una descarga eléctrica al apoyar su bicicleta sobre una columna que está en la canchita del barrio”, se indigna Verónica.
¿Y qué pasa con quienes están en condiciones de salud delicada como la mamá de Verónica, que tuvo un ACV y está con internación domiciliaria? Alimentarla y hacerle nebulizaciones sin luz es imposible. Cuando llega la noche, hay que rogar que no se descompense porque, al no haber alumbrado público, ni ambulancias ni remises quieren entrar.
La EPE nos prometió una subestación con transformadores propios para dentro de veinte días en el barrio La Cariñosa, Rosario, pero mientras esperamos que se cumpla el plazo, los cortes de luz persisten y no tienen tiempo para resolverlos. Más al noroeste, en la misma ciudad, las soluciones ni siquiera asoman; en Los Pumitas, Vanesa Jaque lo sufre cotidianamente: “La electricidad sube y baja todo el tiempo. No podemos tener algo conectado porque se quema todo. Nos dicen que no pueden hacer nada, ya que el barrio no figura en el sistema”.
Si no nos ven,
es porque no quieren.