17 junio, 2021
, FEMICIDIO

NO NOS OLVIDEMOS DE EMILSE

Emilse GajesCada recuerdo brota y nos abraza en este contexto donde nos invade la nostalgia. Hoy duele saber que se cumple otro mes de impotencia, de injusticia: hace 4 meses no podemos abrazar a Emilse Gajes. Ella fue violentada por Fabricio Acuña y murió de forma sospechosa el último 17 de febrero, a pocos metros de la casa donde convivieron durante nueve años, en el barrio Güemes de la Ciudad de Córdoba.

Nos aferramos a cada imagen que quedó guardada en nuestra memoria, porque Emilse iluminaba con brillo propio gracias a su forma de contagiar alegría. Su hermana Micaela la recuerda como alguien que dejaba siempre una huella: “Era una persona muy ruidosa, en el buen sentido. Ella llegaba y te cambiaba el día”. Era muy comprometida: militaba en el Partido Obrero, mientras estudiaba Enfermería.

La violencia machista la silenció, porque Emilse había denunciado cuatro veces a Fabricio Acuña debido a la violencia física y psicológica que sufrió durante años: «Mi hermana quería separarse y terminar con lo que no le hacía bien, pero la situación se fue agravando», cuenta Micaela. Esta relación de violencia desembocó en una muerte que se podría haber evitado, sobre todo por las múltiples advertencias: “Le pegó patadas en las canillas e hizo que ella terminara en el hospital; una enfermera la vio y llamó a mi mamá porque se dio cuenta”. Esto sólo reafirma la inacción de la Justicia cómplice: “Hicieron todo mal. La persona que encontró el cuerpo de Emi y dio aviso fue Fabricio, quien ya tenía cuatro denuncias por violentarla”.

Hoy, la causa de su muerte a cargo de la fiscal Rita Palacios, Distrito 3, Turno 4 de Córdoba Capital, se encuentra estancada: Acuña sigue libre y sin declarar. La Justicia tomó la hipótesis de un suicidio, pero su hermana persiste en la lucha para que se reabra la investigación: “Busco que el Poder Judicial cambie la carátula de suicidio y que se investigue, para saber la verdad”.

Por Emilse y por cada una de las hermanas, hijas, compañeras y amigas asesinadas que no aparecen en los medios, seguimos gritando. Necesitamos una Justicia feminista que actúe a tiempo y no permita nunca más que nos arranquen una Emilse de nuestras vidas.